el interpretador ensayos/artículos

 

Nazismo Bizarro:

Bariloche nazi, una guía turística

Juan Terranova


 

 

 

 

1. Se vende en Internet

La información que da la tapa del breve libro es contundente. El título, sin más, es Bariloche nazi, y el subtítulo, Sitios históricos relacionados al nacionalsocialismo. Arriba a la derecha dos palabras nos informan el género al que pertenece la publicación: Guía Turística. El nombre del autor señalado en tipografía pequeña, aparece centrado en el margen inferior de la tapa. Y luego, a modo de advertencia, se lee un párrafo que es todo un desafío a la curiosidad del lector: “Incluye los lugares donde vivieron Adolf Hitler y Eva Braun cuando escaparon de Berlín”.

En una primera instancia la guía se podía comprar por correo, haciendo el pedido en una página web que publicitaba el libro(1). Más tarde, y debido quizás a su relativo éxito, comenzó a verse en algunas librerías porteñas.

Sin marcas o referencias a una editorial, la suponemos editada por el autor. La primera edición de Bariloche nazi apareció a mediados del 2004. Y no es un detalle menor que en febrero del 2005 se haya impreso la tercera edición de mil ejemplares.

La ilustración de tapa de la guía es un verdadero acierto. La foto, en sepia, muestra de fondo el centro de Bariloche. En primer plano, sobre un pedestal de lajas no vemos la típica estatua ecuestre de Roca, sino a Hitler, vestido con uniforme y botas, gorra y brazalete, con el brazo derecho en el clásico saludo nacionalsocialista. Aunque la cara no se ve claramente, el bigote es inconfudible. Un leve y sutil brillo recorre el contorno de la figura.

2. Baviera en los Andes.

Abel Basti, el autor de la guía, es sin duda un periodista hábil y un narrador respetable. La cita de Perón que abre el libro, cuya fuente no es aclarada, resulta inmejorable.

Mucho antes que terminara la guerra, nosotros nos habíamos ya preparado para la postguerra. Alemania estaba derrotada, eso lo sabíamos. Y los vencedores se querían aprovechar del enorme esfuerzo tecnológico que había hecho ese país durante más de diez años. Aprovechar la maquinaria no se podía porque estaba destruida. Lo único que se podía aprovechar eran los hombres. A nosotros también nos interesaba eso. Les hicimos saber a los alemanes que les ibamos a declarar la guerra para salvar miles de vidas. Intercambiamos mensajes con ellos através de Suiza y España. Franco entendió de inmediato nuestra intensión y nos ayudó. Los alemanes también estuvieron de acuerdo. Cuando terminó la guerra, esos alemanes útiles nos ayudaron a levantar nuevas fábricas y a mejorar las que ya teníamos. Y de paso, se ayudaron a ellos mismos.

Con esta cita, Basti introduce la relación peronismo-refugiados nazis. Se trata de un hecho histórico verificable sobre el cual el autor construye sus recorridos, muchas veces usando un llamativo trazo grueso, otra veces haciendo gala de una convicción que roza el ridículo.

Después de la cita introductoria, encontramos una Nota del autor donde se explica la génesis del proyecto cuyo detonante fue el tan mentado Caso Priebke(2).

A partir de ese momento sucedió un fenómeno curioso en la ciudad de San Carlos de Bariloche donde el ex oficial nazi había vivido casi medio siglo tras escapar de Europa: los micros comenzaron a detenerse frente a su casa mientras los guías comentaban a los turistas historias de la vida del octogenario. Pude observar ese fenómeno que demostraba el interés de la gente por conocer las versiones no contadas en los libros y en especial los apasionantes relatos sobre las personas que formaron parte del nacionalsocialismo. ¿Había nacido así en Sudamérica el turismo nazi?

Después de esta nota, llega el Prólogo. De corte más histórico, este breve artículo marca el objetivo del libro desde el principio. Su primer párrafo dice así:

El caso Erich Priebke ¿fue un suceso aislado? ¿O él formaba parte de un conjunto de nazis que eligieron Argentina y la Patagonia en particular, para volver a vivir bajo sus códigos e ideología luego de escapar de Europa? ¿Es cierto que tras la famosa postal de Bariloche se esconden inéditas historias relacionadas al Tercer Reich? Con la compra de vastas extesiones de tierra en Argentina, ¿se lavó oro nazi? ¿Mito o historia real? Y la duda más inquietante: Adolf Hitler y su esposa Eva Braun, ¿escaparon de Alemania y vivieron en Bariloche a partir de 1945?
Esta guía trata de ofrecer algunas respuestas. Es el resultado de una investigación que ante todo pretende ser objetiva.

Y después comienza una revisión de la historia de la ciudad, donde Basti insiste en poner a los nazis en el centro de su desarrollo.

En Bariloche –donde desde principios del siglo pasado existía una importante población de origen alemán– los nazis rápidamente se organizaron y pasaron a ser los verdaderos artífices de los destinos del pueblo que habían elegido como patria sustituta. Fueron los motores de los principales emprendimientos, ocuparon cargos destacados y se convirtieron en los referentes obligados de la comunidad.

Si el lector acepta esta simple premisa, lo que sigue se vuelve mucho más verosimil, aun con algunos contrasentidos o exageraciones: “Para esa época –afirma Basti– el Tercer Reich disponía de mayor información estratégica sobre el territorio argentino que el gobierno de Buenos Aires”.

La Introducción de la guía, también de neto corte histórico, lleva este sub-título: Wilhelm Canaris: la conexión Berlín-Patagonia. Con el marino Wilhelm Canaris como hilo conductor, Basti revisa las relaciones entre Alemania y el sur de la Argentina.

El gran hallazgo que representa un personaje tan extraño y atractivo como Canaris, cuya existencia está fuera de duda desde el momento en que fue uno de los primeros fundadores de la ciudad de Bariloche, se ve rápidamente desbordado, tironeado fuera de la historia oficial. Después de contar la llegada de Canaris al sur argentino vía Chile cuando su buque es derrotado por los Ingleses cerca de las Malvinas, durante la Primera Guerra Mundial, la primera entrada de la guía se titula Estancia San Ramón, el refugio de Adolf Hitler.

“En esta propiedad –leemos– se refugiaron varios nazis al término de la Segunda Guerra Mundial. Allí estuvieron escondidos Adolf Hitler y su esposa Eva Braun luego de escapar de Europa.”

La convicción con la que Basti construye este tipo de afirmaciones impresiona. Al ser éste el primer momento de la guía donde se menciona categóricamente el hecho, que ya se venía bocinando desde títulos, subtítulos, advertencias y otros paratextos, el autor se ve en la obligación de poner una cita al pie y desarrollar, aunque más no sea un poco, la extravagante idea. En la cita al pie se cuenta la apertura, durante la década del 90, de ciertos archivos secretos del FBI donde aparecería la sospecha primero y luego la verificación de la huida del dictador alemán a la Patagonia. Como hace la guía, volveremos sobre este asunto.

3. Catálogo y recorrido

Una vez inaugurado el irresitible catálogo de personajes y lugares aparece lo mejor del libro. Entre los lugares que se mencionan en la guía cabe destacar la Asociación Cultural Germano-Argentina, a la que Basti señala como base de operaciones del nazismo en la postguerra, y el Colegio Alemán Primo Capraro, al que se le adjudica una ideología filofacista. “Este colegio a partir de la década del 30 –dice Basti– formó parte de una red internacional de establecimientos utilizados por el nazismo para propagar su doctrina por todo el mundo.” La foto que ilustra la entrada es elocuente. Con una casa de grandes dimensiones y techo a dos aguas con tejas de fondo, unas sesenta personas posan en el clásico retrato comunitario. Sobre sus cabezas flamean dos banderas. A izquierda, central, seguramente de color rojo que el blanco y negro de la foto no reproduce, la típica bandera nazi con la esvástica sobre el fondo blanco. A la derecha, mucho menos central y de mástil más corto, una simple bandera argentina de tres franjas sin sol.

Entre las personas y personajes encontramos brevemente biografiadas las vidas de, entre otros, El Marino millonario: Thilo Martens, El capitán de la SS Pablo Hadel, Ludwing Freude, el financista, cuya entrada se ilustra con una foto de Freude junto a Evita y Perón, y Reinhard Kops (Alias Juan Maler) cuya entrada va con un subtítulo que revela el género para el distraído: Una historia de espionaje.

Desde 1947 varias de estas personas se reunían en la librería Durer Haus de Buenos Aires que pertenecía a Ludwing Freude. Allí se preparaban las ediciones de la revista Der Weg que terminó siendo prohibida en Alemania occidental por su contenido neo-nazi. Además, en Bariloche, bajo la dirección de Maler-Kops, funcionaba una imprenta donde se editaba clandestinamente, hasta tiempos muy recientes, libros de la misma ideología para su posterior distribución en Argentina, Chile y otras naciones.

Muchos de estos libros fueron escritos por Kops-Maler, como lo llama Basti, que sin duda era el intelectual del movimiento. Curiosamente no se menciona ningún título, pero se asegura que la “obra completa” puede encontrase en la Biblioteca Sarmiento, ubicada en el Centro Cívico de Bariloche.

También es llamativo El médico hipnotista Mariano Barilari. La breve reseña que le concede el autor de la guía comienza así:

El doctor Mariano Barilari era un enigmático médico alemán cuya especialidad fue el hipnotismo. En Europa conoció al padre de la psicología, Sigmund Freud. En Bariloche, además de ejercer su profesión, se dedicaba a pintar cuadros. Según contó el vecino barilochense Mario Caló en su casa se reunían altos jerarcas nazis que había huído de Europa. Entre ellos el médico Joseph Mengele, “el ángel de la muerte”, así como Adolf Eichmann y su esposa, Vera Lieb, entre otros.

La guía termina con un artículo de título La continuidad histórica (resumen) y un Epílogo. En el primero se vuelve a insistir en el eje Argentina-peronismo-Alemania-nazismo, esta vez apoyado en algunos libros de historia reconocibles. El Epílogo describe brevemente la influencia de los nazis en América.

Marcados como anexos encontramos Otros criminales y su relación con Bariloche, un juego de mapas y un glosario. La última página recoge la bibliografía consultada. Del anexo, me gustaría recuperar una carta que publica Basti con el título de Temor a los nazis. Aunque no está fechada ni firmada, en la nota que la presenta se dice que fue escrita por una pobladora de Bariloche, la señora Stock, en la década del 40. El motivo de la carta es pedir que no se pavimente el camino que une el centro de la ciudad con la zona del Llao-Llao ya que, ante una eventual invasión de las tropas nazis al territorio argentino, el asfalto facilitaría el desplazamiento de los diferentes tipos de vehículos alemanes motorizados.

Cuando uno termina de leer la carta no puede más que reirse. ¿Cuál era el razonamiento de la señor Stock? ¿Pensaba quizás ella que si los nazis vencían a los aliados, cruzaban el Atlántico, llegaban a Buenos Aires y avanzaban por el país en una de sus partes más anchas hasta Bariloche, se iban a sentir temerosos de ensuciar las orugas de los Panzer en veinte kilómetros de calles de tierra? En el norte de África las tropas del Mariscal Rommel construyeron y mejoraron más de 1.600 kilómetros de rutas mientras luchaban con el Octavo Ejército Inglés. Y sin embargo, la carta está escrita con una seriedad admirable.

3. Un asado con el Führer

Ahora bien, el centro de la guía de Basti, es, sin duda, lo que él mismo llama “el destino patagónico del Führer”. El climax de ese “destino” se logra en la página 85 de la guía con La mansión patagónica de Adolf Hitler. Pese a su título, este breve capítulo decepciona ya que se habla estrictamente de la propiedad y sus dueños sucesivos más que del dictador. Mientras se lo recorre, la tentación de pensar “este tipo puso todo en el título” es muy fuerte.

Aunque se hace referencia antes, incluso en la tapa del libro como ya se apuntó, la guía despega con fuerza del verosimil histórico cuando el lector llega a esta página. Se trata del punto de no retorno. Basti no especula con la posibilidad. Lejos de eso, es categórico. Con Mengele(3), vaya y pase. No hay nada seguro, hay dudas, las historia no tiene una respuesta sino una serie de intuiciones. La acertividad con que se refiere a su presencia en Bariloche no deja de sorprender pero tampoco podría ser negada rotundamente. Sin embargo, con Hitler la cosa es muy diferente.

Aunque lo reconoce a medias, y lo cita poco, Basti toma esta idea de un libro que apareció en Buenos Aires en el 2000 editado por Planeta y que pasó sin pena ni gloria. El escape de Hitler de Patrick Burnside se construye en base a una serie de datos bastante irregulares y largas suposiciones, muchas veces alucinadas. Submarinos alemanes que llegan a las costas de la Patagonia, Hitler cruzando el desierto a caballo, bases nazis en la Antártida. El escape de Hitler no es para nada un mal libro. Y Basti lo aprovecha al máximo. Tanto en sus descubrimientos narrativos como en sus elipsis informativas y argumentales.

4. La guía, género mayor

Uno de los defectos más importantes de Bariloche Nazi es su permanente mirada “progresista”, que a veces roza la denuncia aunque nunca la hace pantente. El mismo Basti asegura que las historias de los nazis escapados son apasionates pero en ningún momento blanquea su fascinación, y en su lugar pone la indignación y a veces hasta la denuncia.

Este “sentido común periodístico” molesta mucho más que la aparente contradicción entre nazismo y turismo. El turismo, como la más acabada construcción del ocio, causa un efecto por lo menos raro asociado al nazismo del culto al trabajo, forzado o voluntario, y su idea de la utilidad por sobre todo (incluidas la moral, la vida, y así). Aunque en realidad, los nazis, y eso lo deja bien en claro la guía, eran amantes de los paseos al aire libre por la montaña, el esquí, los hoteles confortables y la buena mesa.

Más allá de esto, Basti le descubre al género “Guía Turística” posibilidades poco transitadas. No sólo es el lugar de la impunidad y el delirio, algo que un historiador medianamente serio no se hubiera jamás animado a hacer o decir, sino también es el espacio donde la narración de la realidad lentamente se descorre hacia la especulación, sin abandonar ni un poco su contudencia argumental.

¿Responde, así y todo, Bariloche Nazi a alguna de las definiciones que da la Real Academia de “Guía”? Sin duda se trata de una “lista impresa de datos o noticias referentes a determinada materia”. Sin embargo, y teniendo en cuenta el tema que se trata, el asunto no se termina ahí.

Un guía turística debe ser estrictamente descriptiva. Y en Bariloche Nazi habría una hipótesis clara que contradeciría esto: si el nazismo es lo que interesa, Bariloche, que es una localidad netamente turística y vive a partir del interés que suscita, debe nazificarse. De allí que el título diga más de lo que parece a primera vista. Basti refunda la ciudad y transforma al peronismo, sin mayores inconvenientes o culpas, en el brazo nacionalsocialista de Sudamérica. Ruinas sin identificar se transforman en los restos de un antiguo Bunker. Una torre cerca de un lago, el puesto de un vigía atento. Y así. Todo sirve.

En ese sentido, otro de los errores más groseros de Basti es identificar inmediatamente Alemania, Ejército Alemán y otras instituciones con el Nacionalsocialismo. El más rudimentario de los historiadores sabe que existían todo tipo de diferencias entre “lo alemán” y “lo nazi”. El Nacionalsocialismo pregonaba una homogeneidad que nunca se cumplió, ni antes, ni durante ni mucho menos después de la guerra y los equívocos abundaban, más aún si no se estaba cerca del lugar del conflicto, como ocurría con la comunidad alemana en la Argentina.

El autor usa su guía más para reconstruir Bariloche a los ojos del lector ávido de historias extrañas que para describir lugares y personajes, aunque también haga eso. De allí las similitudes con un libro de investigación periodística blando. Sus razonamientos son objetivos y su investigación es importante y precisa pero sobre ellos prima una afirmación escandalosa, que casi siempre es la que vende el libro. La década del 90 fue pródiga en estos atractivos, bizarros y muchas veces exitosos experimentos literarios.

Finalmente, la impresión que da la sintética y siempre bien escrita guía es que con cada una de sus entradas se podría hacer un libro. El texto es a la vez fragmentario pero sólido en su simplicidad. Periodístico tanto en sus aciertos como en sus fracasos, interesante en su hibridación estética y en sus datos fehacientes.

Ningún lector que tenga ganas de pasarla bien puede quedarse de a pie con el intinerario que marca Basti. En algún momento va a tener que soportar los arrebatos del guía, pero, entre nosotros, y aunque pongamos mala cara, nadie debe ignorar que ellos son el íntimo motivo por el cual emprendimos el viaje.


 

NOTAS

(1)En www.barilochenazi.com.ar puede hacerse el pedido de compra y ver algo del material que incluye la guía.

(2)La extradición y el juicio a el ex oficial SS Erich Priebke, sin pasar desapercibida en la Argentina, concertó más atención internacional que nacional. Los periodistas Elena Llorente y Martino Rigacci le dedicaron un libro completo al asunto: El último nazi, Priebke, de la Argentina a Italia, juicio a medio siglo de Historia, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1998.

(3)El derrotero de Mengele sigue siendo un enigma. Se supone que murió en Brasil, después de vivir en Paraguay y Argentina. En todo caso, su paso por Bariloche, aunque no comprobado, es verosimil. Más información en:
http://www.argentina-rree.com/portal/archivos/justicia03.htm

 

 

©Juan Terranova

 

 
 
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Juan Terranova

 

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Imágenes de ilustración:

Margen inferior: Massimo Carnevale, Obra (detalle).