el interpretador aguafuertes

 

Vallejo en Puán

Sebastián Hernaiz

 

 

 

 

Fernando Vallejo se acercó, el veintiocho de abril, a Puán a dar una charla de la mano de la invitación del rebozante y sonrojado chanchito Celina Manzoni -y no se tome esto por burdo insulto: es apenas una metáfora descriptiva para poder así asir con mayor fidelidad la realidad en este texto.

Fernando Vallejo, decía, dio, una charla en Puán 480, en el aula 324 de la Facultad de Filosofía y Letras, en la que abordó temas como cómo ser un buen escritor, la poesía hispanoamericana, el cuento y la novela como formas, la lengua española, el cine como basofia no artística y algún recoveco más de su supuestamente ?políticamente incorrecta? y nunca puesta en discusión enciclopedia personal.

Para escribir -dijo- es necesario tener experiencia de vida y saber escribirla: por eso los jóvenes no pueden escribir. Dijo, también, que la buena poesía en lengua castellana entra en tres carillas, varios versos de Manrique y nada de García Lorca. Dijo también que el cuento -en contraposición a la novela- es artificioso. Dijo que el Quijote tiene una prosa pésima pero es de los mejores libros de la historia, dijo que -y acá se le cayó la roja manzana de la boca al chanchito Manzoni- Bolaño es un mal prosista, aunque apenas haya leído unas pocas carillas suyas, que Cortázar era un mal escritor, aunque ni de él ni de nadie del boom latinoamericano haya mucho leído. Que el cuentito ese del embotellamiento era lamentable. Que si le alcanzábamos alguno de los libros que estaba defenestrando él nos mostraba que tenía razón. Dijo que Borges, el cuentista, era -viene una hipótesis novedosa: atención- un escritor traducido del inglés. Que El Aleph es un buen cuento, pero a mí me gustaría que no fuese en Buenos Aires, que fuese en Londres. Dijo que Borges despreciaba el español. Dijo que él se daba cuenta que cada vez más pensábamos, los latinos, en inglés. Dijo que no leía nada hacía 20 años pero que sabía que la prosa era cada vez más pobre y lamentable. Y de la oralidad, ni hablar. Dijo una sarta exuberante de boludeces. Dijo idioteces sobre la poesía sintiéndose el primero en darse cuenta de que el verso de rima vocal es algo demodé. Dijo idioteces sobre cine intentando demostrar que la literatura es superior porque para decir que pasaron dos meses en literatura se dice ?Dos meses después? y en cine no hay forma de hacerlo. Dijo todas las pelotudeces intercalando frase de por medio su nueva muletilla: Mujica Láinez sí me gusta, es muy bueno.

Dijo tal cantidad de idioteces el muchacho éste que en el rincón hueco que algunos amigos me reservaron para escuchar la charla se me caían las lágrimas por todas las razones posibles.

Llegó, luego -cuarenta minutos después, podríamos decir agradeciendo que esto no sea cine-, el tiempo de las preguntas.

Llovieron las preguntas boludas cual si fuera ya el día de la charla en la Feria del Libro: una cinéfila frustrada lloriquea: ?¿en serio no te gusta el cine??, un niño desde la segunda fila ruega: ?¿snif, snif, yo tengo 20 años y me gustaba escribir, ahora no puedo más??, una recauchutada feminista escupe la vulgata: ?dijiste que escribiste novelas sobre tus hermanos, ¿para cuándo una sobre una hermana??, etc, etc.

Yo no sé, no creo ya, pero supuse que sus respuestas evasivas a cualquier pregunta eran para darle algún interés a sus palabras, pero cuando sus respuestas se repetían entre una soberbia exagerada para hablar mal de otros, una búsqueda de captatio benevolentiae con chistes fáciles, su repetida muletilla mujicalainesca, sus clases de secundario sobre el Quijote y su repertorio de moralina gramatical, decidí, entonces, que era hora de irse.

Justo ahí Manzoni tiró su vademecum de la hipocresía clásica de despedida de cualquier coordinador de mesa -yo no querría interrumpir, pero ésta es la última pregunta-, aplaudimos todos plap plap plap agradeciendo la velada y terminé yéndome con los que más rápido salieron del auditorio.

 

©Sebastián Hernaiz

 

 
 
el interpretador acerca del autor
 
               

Sebastián Hernaiz

Nació en 1981, actualmente vive en Buenos Aires.

Publicaciones en el interpretador:

Número 1: abril 2004 - Nenas muertas (poesía)

Número 2: mayo 2004 - La cosa del caso (artículo acerca de La cosa Blumberg)

Número 2: mayo 2004 - Noticias (poesía)

Número 2: mayo 2004 - T.E.G (Tácticas y Estrategias alrededor de Guantánamo (ensayo acerca de El verdadero cuento del Tío Sam de Ezequiel Martínez Estrada y Siné)

Número 3: junio 2004 - Perros (narrativa)

Número 4: julio 2004 - 26 de junio (aguafuertes)

Número 5: agosto 2004 - Noche en la catedral (aguafuertes)

Número 5: agosto 2004 - Bar (narrativa)

Número 6: septiembre 2004 - Sobre el sinsabor de una escena del IV Congreso de teoría y crítica literaria de Rosario (aguafuertes)

Número 6: septiembre 2004 - Diseño exclusivo (narrativa)

Número 7: octubre 2004 - Propiamente, un crimen (Narrativa)

Número 9: diciembre 2004 - 19 de diciembre (narrativa)

Número 10: enero 2005 - Callejeros (artículo)

Número 10: enero 2005 - Arbolitos de Navidad (aguafuertes)

Número 11: febrero 2005 - Didáctica, General (aguafuertes)

Número 11: febrero 2005 - Sexo explícito (poesía)

Número 11: febrero 2005 - Porteros anarquistas (narrativa)

Número 12: marzo - de tan Buenos Aires (poesía)

Número 13: abril 2005 - Manifiesta (poesía)

Número 13: abril 2005 - Proyect (aguafuertes)

Número 14: mayo 2005 - Ad hoc abortare (poesía)

Número 14: mayo 2005 - Lo dado (o de qué mierda se la da Vicente Muleiro) (artículo)

Número 14: mayo 2005 - De Viñas a Croce (artículo)

 
   
   
 
 
 
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Margen inferior: Joel Peter Witkin - Un Santo Oscuro (detalle)