el interpretador narrativa

 

Folletín. Ver Anteriores

Ampere -6-

Juan Diego Incardona

 

 

 

 

continúa...

 

Caminábamos con Roque sobre el fondo empedrado de la ansiedad hacia Primera Junta, piedra tras piedra noxa, paso tras paso noxalis, y hombres oscurecidos por el ala se perdían en las paradas de los colectivos, piedra tras piedra noxa, paso tras paso noxalis, cantando yo también me dormí detrás de la gran ciudad vestido de gris, y la máquina perspectiva proyectaba su cine sobre la pantalla del cono invertido y así pasaban niños y topos, ciudadanos y huscarles, guachos y ratis y composiciones variadas de la Babilonia, con manos, con cabezas, con fisonomías, y a b c, a b c, y a b c sobre los detalles y las manifestaciones de energía, y sin detenerse la calle nos tiraba la cuerda y nos remolcaba la polimorfa hacia los confines y aumentando la sonoridad los parlantes del gran cine divulgaban la armonía de explosiones y gritos, y acaso hemos oído la catástrofe, acaso la noticia, acá soñamos la brevedad infinita mientras un movimiento de electrones mutaba la cara de Roque, ahora gato, ahora fórmula, ahora saporatus, ahora niña, y la velocidad empezaba a ser mayor y a b c y a b c piedra tras piedra noxa, paso tras paso noxalis, que la conversación y su conservación, que la romanización y su armonización, que el desamparador y su desparramo, vida y sangre, sin ardor, quería matar un poco, quería matar algo, matar al fin, pero el final se encargaba de nuestro viaje y aún de nuestros músculos, que multiplicaban la masa por la fuerza y la dividían en tiempo moderno, y no sé quiénes venían detrás nuestro pero del occipital y el parietal me vino la electricidad del alerta y como pude me di vuelta y pude ver movimientos de toda clase que chocaban entre sí, renovados una y otra vez con niños que hacían tumesco, y las escenas me resultaban interesantes pero nuevamente me di vuelta impresionado por otro sonido que llamó mi atención y entonces comprobé que Roque explotaba y las astillas de su rostro hacían pungo y se incrustaban en el mío sin dolor y yo empezaba a quitarme su cara y cerraba los ojos por momentos y al abrirlos descubría nuevos paisajes, y después pensé sobre las cosas que volvían a su lugar y otra vez Roque estaba en Roque, mientras los casilleros de adoquines eran golpeados por nuevas multitudes que atravesaban el mapa y las visiones y entonces de la nada llegó nueva música y retemblaron las líneas y todo se volvió blando y empecé a ver astigmático y con extranjeros mientras la caminata no cesaba y camina, camina, bichito, camina, camina, camina, camina, camina, camina, camina el segundo plano, el otro ditio, el mundo duplicado, el amante de la frontera, el reemplazo del trabajador, la suplencia del ciudadano, el criminal, el ilegal, el marginal, camina bichito, camina, camina el pentagrama de la música exótica, bichito de la negrura polimorfa, bicho cinético, bicharraco levántate de tu pobreza y tu trauma y tira las piedras y la super revolución y la masacre y canta, canta, bichito, canta somos seres humanos sin saber lo qué es ser humano y piedra tras piedra noxa, paso tras paso noxalis, a b c y a b c y siempre levántate y sube la escalera y abandona tu sótano, viejo padre, para matarnos a todos de una vez y cantar tu canción preferida en la perspectiva, por qué y para qué, cómo y cuándo y en el doble discurso, oscilantes en la frecuencia y en la radiación de la marcha sobre Rojas hacia Primera Junta, en el túnel de los insectos, a través de los nidos y los radianes, en la aceleración angular y en las galerías, sin conciencia, como puros planos de la oscuridad y el origen, saltando en los compases, con danzas, con multitudes de agonía, piedra tras piedra, paso tras paso, noxa, noxalis y noche polimorfa de la cápsula interna y el hipotálamo, y Roque estallaba nuevamente y después volvía y el efecto dominó apilaba a los turistas circunstanciales de Buenos Aires y a los ciudadanos del substillo mientras yo caía, ssssssssssss en largo vuelo, ssssssssssss en flujo magnético, ssssssssssssubstantia dentro de mis ojos, ssssssssssss llegaba al fondo del núcleo central de la enajenada donde se acaban los dibujos y los sueños, brutal, indispensable mar sin nosco, estómago de tambor, centro del mundo, glándula pineal de la avenida, más allá, más acá, más al costado, más adelante, más atrás del caudal másico, sobre Rojas piedra tras piedra, en la sordera debajo de la cama paso tras paso, a toda velocidad en la picada del bichito caminábamos y veía todas las formas y las caras en el viento que se unían y cada vez más, eh, cada vez más, y hombres oscurecidos por el ala y sombras irretitus y hendiduras se cerraban y todo se metía en la cosa y se fundía y después implosionaba hacia el fondo de mi ojo, aleteaba mi septum lucidum de Amoxidal 500 y caía como granada en el Trígono y otra vez nuevamente y el cuerpo calloso y las verrugas volaban en pedazos y llegaba el pegamento y la mezcla y otra vez el calloso entre los puntos, otra vez manos, unidades físicas, dosis equivalentes y ciudadanos en la calle manicomio y cantaba Color humano, o Hermano perro, o Mestizo, o reverberaban mis besos a la nada, o hacía pungo en los pechos y en las cabezas y volvía a la historia del universo deshumanizado, pero rápidamente caía de la rama y me rompía la boca, o la nariz, o toda la cara se desfiguraba ante diálogos imprevistos y entonces padecía la interrupción de la iluminancia y el viaje, y aunque buscara el silencio y el pozo del ángulo o me hallara en el mismo Cementerio Marino, igualmente llegaban expresiones cíclicas de lungos malsanos que penetraban por los puntos de fuga contrapuestos y distorsionaban mi ola y rociaban la noche con su veneno rationalis y su falso arte, su inmundicia, su belleza, su felicidad y su lenguaje para enjaularme, y aunque siempre he procurado tener al alcance una almohada para derivar funciones y cubrir mi cabeza y evitar que el murmullo llegue a mi cueva y mi procursus, de todas formas la población insistía con su entropía y su vociferatio y entonces la lucha era interminable y no daba respiro y todos me perseguían, pero yo siempre camino más, piedra tras piedra noxa imagino perros para no perderme, paso tras paso noxalis interpreto el camino y el deslizamiento, pero yo camino más, y camino y ladro y camino, camino bien lejos, y aúllo y camino y corro si es necesario o peleo si es posible, peleo, peleo, bichito, peleo, levanto polvareda y vuelvo y me voy y vuelvo y me voy y otra vez, hasta que la guerrilla triunfe y por fin pueda descansar con la cabeza descubierta, pero yo camino más y me escondo en la enramada de la negrura cinética y entonces no pueden encontrarme, camino, camino y soy fantasma nómade, antes, ahora soy bicho y menos hombre, soy perro y menos artista, soy caminante y menos ciudadano, antes y ahora camino paso tras paso en la tierra de cenicientas criminales y soy pampa recalesca y soy república de pasto, yo te camino, propio ser, te camino hasta que las rutas se vuelvan intransitables y tus ciudades se derrumben, pero yo camino más, y si quedaran ladrillos y fierros retorcidos yo mismo camino y recojo los escombros y echo la mierda y la sangre al pozo ciego del Trígono y camina y camino, bichito, que todo se destruya en el fuego nuclear del hipotálamo, camina y camino, bicharraco polimorfo, que en el alma crezca nuevamente el bosque, la pradera y la maravilla deshumanizada, que el grito sea cero negro, en la Capital Federal Felipe Vallese, paraventricular, Mendez de Andes y Aranguren se funden al agujero negro, hipotálamico medial, Rojas oscurecida en las escalas logarítmicas, Buenos Aires en Avellaneda o Bogotá, hipotálamico lateral del peregrino, ssssssssssss acariciábamos las piedras, ffffffffffff caminábamos afuera, rrrrrrrrrrrr jóvenes huscarles llegaban de las esquinas con sorpresa con volcán con viento y yo reconocía a los muchachos que ríen cuando las ciudadanas son golpeadas en la cabeza, entonces pude ver la estela del cometa y quizás comprendí algo, después noté el entusiasmo de Roque ante la multitud y miré nuevamente alrededor y descubrí bandas de adolescentes que se acercaban a nosotros y todos eran cadavéricos pero hermosos, y algo estaba sucediendo más allá de los tubos y los enchufes y del cielo llegaban truenos y del fondo de la tierra se oían rugidos y miraba y miraba con fascinación el nuevo estado de las cosas paso tras paso, mientras la manifestación crecía y alargaba su brazo hacia Primera Junta, el viento levantaba las polleras negras y dejaba ver cadenas y cuchillos escondidos, los puños marcaban el compás de la banda callejera, sobre rostros lejanos veía mil caras cercanas, con sonrisas bestiales eclipsaban la luz de los faroles, pinceles se agitaban en las manos y la velocidad era remolino, los edificios agachaban la cabeza y las ventanas se llenaban de ojos, la calle se vaciaba de ciudadanos y turistas y todo era un infierno negro rebosante de vida, los jóvenes se acercaban a nosotros cada vez más y entonces lo miré a Roque y después me miré a mí mismo en el reflejo de una puerta espejada y comprobé también nuestra juventud, nuestra cara infantil, nuestra lisa frente, y entonces me detuve, paré cerca de un árbol casi en una esquina, por el agujero negro del infinito me detuve y entonces el silencio de la caminata fue un clamor jamás escuchado, los centenares de partículas encontraron huecos, los muchachos contuvieron la respiración y todo era eléctrico y unido, nuclear y pura substantia, y comprendí todo y cerré los ojos a la ciudad y los abrí al flujo magnético, entonces pegué un salto descomunal sobre las centenares de cabezas, un salto antiguo, un polimorfo en vuelo, y de este modo, en el parlamento del aire dije lo mío, un grito de cero negro un acorde infinito un mar, y noxa noxalis para la realidad por la violencia y la caminata de sangre y cuchillo juvenil, y entonces era el paraíso musical y las bandas enloquecieron y sacaron a flote sus mejores latidos, todos empuñamos nuestras hojas de metal y nos dirigimos hacia las puertas cerradas de los tubos laterales, y así empezó la masacre y la venganza, vida y sangre, todos los jóvenes huscarles destrozaban negocios e incendiaban edificios, las cabezas aplastadas de otrora expiraban sanatas ya incomprensibles, otro idioma apenas recordado porque todos éramos un lenguaje novedoso, y progresivamente me dediqué a la nueva experiencia y a matar por primera vez junto a otros recalescos fenómenos, bichos de la aventura cinética y la super revolución contra la ciudadanía y el arte, y en la conductividad térmica recorría el mundo y la mudanza y era hombre pájaro hombre perro y caminaba sobre los arroyos sanguinolentos y las praderas despellejadas, la lluvia caía con su vehemencia y su bautismo y yo estaba justo debajo de la gran concha, que me empapaba con su flujo total y su caudal termodinámico, y de repente, en una veta másica pude descubrir la madre selva y la geometría perfecta, pintadita como siempre de negro, con medias de red, con botas, con remerita, y no lo podía creer pero me acerqué, más y más, hasta tocarla y comprobarla, nausea al revés, ella todo lo permitía, no pude más y le puse los ojos y le dije chica gótica vení a caminar conmigo, y ella me miró un instante y después me tomó la cara con sus manos, que estaban frías y me refrescaban, y empezó a besarme con su tormenta mientras yo cerraba los ojos y tenía sensaciones originales, y mientras los crímenes se sucedían a nuestro alrededor lentamente bajé la mano por su espalda hasta tocarle el culo y era sobresaliente y tibio con curvatura pronunciada y textura infinitamente suave, y le metía los dedos por ahí, y los vidrios explotaban y personas morían por todos lados, y transábamos nuestra electricidad y nuestra viscosidad dinámica y ella empezó a tocarme y a desabrocharme el cinturón, las explosiones parecían palabras y yo le levanté la remera y empecé a chuparla y ella se sacó la bombacha y con la pollera puesta se subió a mí y dijo mi nombre, Jael, y empezamos el movimiento y la ola polimorfa y camina, bichito, camina, camina, camina, camina, camina, camina, camina el aspecto central de la noche, la manifestación vegetativa, el ergotropo, el núcleo mamilar, el cuerpo gótico, el cuadrúpedo de la avenida, la secta de los epsilones, el cementerio, el mar, los labios negros, canta y camina bicho del empedrado a b c y a b c, piedra tras piedra noxa bajo la lluvia de estrógenos, paso tras paso noxalis en el moco cervical, y explosión y muerte, anarquía amielínica dentro de la casa, y la electricidad del mundo nos tiraba sus rayos y algunos se daban cuenta y venían a vernos en el desenfreno y en la adolescencia, sobre una pampa de ciudadanos muertos nos rodeaban y empezaban a aplaudirnos y entonces miramos y vimos que todos los huscarles agitaban sus pinceles, inclusive Roque, que ahora también llevaba uno, y nuevamente miré la cara de la chica gótica y otra vez y al revés y después decidimos ponernos de pie y juntos corrimos de la mano con los huscarles para seguir saqueando casas, y asesinando series de gente cantábamos voy al sol y cuando esté seco seguiré por el aire hasta vos porque soy mestizo, mestizo, mestizo, y allá, miren cómo sangran los lacayos sobre las ondulaciones tenues de la avenida, recuerdo asomado, SAE 9260 soñando hígados, vociferaciones cargadas, facas envainadas pelando la piel de la fruta madura, familiaris tendidos con uniformes, sacerdotes del papel ahogados en su propia tinta, en la corrida o en la caminata la ciudad retemblaba con la fuga y el fatisco, orquestas invisibles tocaban canciones fúnebres para palerminos agonizantes, la gente agitaba pañuelos blancos pero todo se teñía inevitablemente de rojo, o de negro, en el aire se olía azufre y carne y yo empezaba a marearme, la chica gótica aparecía y desaparecía, los huscarles eran intermitentes y el paisaje se recomponía por momentos, pero yo camino más y sé escabullirme si es necesario a través de imágenes erróneas y entonces no pueden encontrarme, trago la substantia y descarto el envase, entonces la ciudad vuelve a caer y el flujo magnético acelera nuevamente, las sensaciones a b c y a b c del campo eléctrico, paso tras paso la energía cinética debajo de los párpados, que el asqueamiento y el saqueamiento, que la astringencia y la transigencia, que lo imperdonable y lo imponderable hacia Primera Junta atravesando Avellaneda, Bogotá, Bacacay y después la vía del Sarmiento, con flujo radiante debajo de la lluvia, entre papeles voladores, con la mano gótica en mano, junto a Roque y los pinceles sobre los adoquines de nuestra rayuela polimorfa, salto y salto entre agujeros negros, c, retuercen las formaciones reticulares, c, quiebran las sillas turcas de la hipófisis, c, queda sin aire el seno esfenoidal, c, vierte el líquido cefalorraquídeo a la zanja sobre el empedrado, c, badas las cabezas para el hacha la orgía la subdivisión la colorada, c, errados los epicarpos y las enredaderas sociales la naturaleza humana caminaba al revés piedra tras piedra, 5, 4, 3, 2, 1 nociva, 5, 4, 3, 2, 1 reflejo, 5, 4, 3, 2, 1 será peor que axones metálicos perforando cavidades y núcleos supraópticos, será peor que incendios argentinos en ciudades paraventriculares, y ellos caminarán más y arderán los niños de plásticos las niñas con zapatos rojos guillerminas rosas de la crisis, larva de polilla que devora tímpanos, será peor cuando la caminata se trague todas las calles y la Última Junta de la ciudad sordera, 5, 4, 3, 2, 1 llegamos al puntito de la perspectiva.

Los huscarles se esfumaron por Yerbal, la chica gótica me preguntó a dónde íbamos, le contesté que a una exposición, le di la dirección y me dijo que más tarde iba a pasar; entonces me desenchufé de ella como pude a pesar de su nocturnidad y sus besos y junto a Roque descendí las escaleras que llevan a los senos cavernosos y los andenes de la línea A del fatisco porteño, cantando lo peculiar de nuestro gran calabozo es esa especie de temor por el bosque, y retomando el hilo de nuestra caminata volví mil veces sobre la estructura profunda y el a b c y a b c de la escala logarítimica del bichito polimorfo.


 

continuará...

 

©Juan Diego Incardona

 

 
 
el interpretador acerca del autor
 
                       

Juan Diego Incardona

Villa Celina, 1971.

Es posible leer más obras de Juan Diego Incardona en los espacios de autor de Eldígoras-EOM.

http://www.eldigoras.com/eda/portal.htm

Publicaciones en el interpretador:

Número 2: mayo 2004 - Eyeston (narrativa)

Número 3: junio 2004 - Super Dios (narrativa)

Número 4: julio 2004 - Maldita Ley Interpretación acerca del artículo 194 del Código Penal en relación a los cortes de ruta y la criminalización de la protesta en Argentina (ensayo en colaboración con María Cecilia Incardona)

Número 4: julio 2004 - La voz de la señora Chamberlain (narrativa)

Número 5: agosto 2004 - El estanque de agua inmutable (narrativa)

Número 5: agosto 2004 - Beth o La lucha por la casa Acerca de La furia y otros cuentos (1959) de Silvina Ocampo (ensayo)

Número 6: septiembre 2004 - Bartleby, el oxímoron Ensayo sobre Bartleby, el escribiente (1856) de Herman Melville.

Número 6: septiembre 2004 - Canción para muertos (narrativa)

Número 7: octubre 2004 - Internet (narrativa)

Número 9: diciembre 2004 - Ampere -1- (narrativa)

Número 10: enero 2005 - Ampere -2- (narrativa)

Número 11: febrero 2005 - Ampere -3- (narrativa)

Número 12: marzo 2005 - Ampere -4- (narrativa)

Número 12: marzo 2005 - Ampere -5- (narrativa)

   
   
   
   
 
 
 
 
 
 
Dirección y diseño: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: Inés de Mendonça, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse
Corrección: Sebastián Hernaiz
Prensa: Elsa Kalish
 
 
 
 

Imágenes de ilustración:

Margen inferior: Franz von Stuck, Lucifer (detalle), y" stromcirkel" (detalle).