Acerca de Herman Melville.

"Me han dicho que la deducción es un modo que parte de lo más conocido a lo menos conocido. Buen método: lo confieso. Pero yo sabía muy poco del asunto y había que pasar la hoja. La inducción es algo maravilloso. Parte de lo menos conocido a lo más conocido... (¿Cómo es? No lo recuerdo bien... En fin, ¿quién es el que sabe de estas cosas?) Si he dicho bien, éste es el método por excelencia. Cuando se sabe poco, hay que inducir. Induzca, joven." Palacio

 

 

El cuaderno del interpretador, última hoja: 1 de abril de 2004

Literatura: Acerca de Herman Melville.

Búsqueda, recopilación de datos y edición realizada por Juan Diego Incardona.

Índice

Biografía

Fragmentos traducidos

Imágenes

Herman Melville en el cine

Acerca de Herman Melville en internet

 

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Biografía. (Extraído de El poder de la palabra http://www.epdlp.com/)

Novelista estadounidense y una de las principales figuras de la historia de la literatura. Su exploración de los temas psicológicos y metafísicos influyó en las preocupaciones literarias del siglo XX, a pesar de que sus obras permanecieron en el olvido hasta la década de 1920, cuando su genio recibió finalmente el reconocimiento que merecía.

Melville nació en Nueva York, el 1 de agosto de 1819, en el seno de una familia en decadencia. En 1837 se embarcó rumbo a Liverpool como mozo de cabina. De regreso a Estados Unidos trabajó como profesor y en 1841 viajó a los Mares del Sur a bordo del ballenero Acushnet. Tras 18 meses de travesía abandonó el barco en las islas Marquesas y vivió un mes entre los caníbales. Escapó en un mercante australiano y desembarcó en Papeete (Tahití), donde pasó algún tiempo en prisión. Trabajó como agricultor y viajó a Honolulú (Hawai), y desde allí, en 1843, se enroló en una fragata de la Marina estadounidense. A partir de 1844 dejó de navegar y comenzó a escribir novelas basadas en sus experiencias como marino; participó en la vida literaria de Boston y Nueva York.

Sus cinco primeras novelas alcanzaron rápidamente una gran popularidad. Typee (1846), Omoo (1847) y Mardi (1849) están ambientadas en las islas de los Mares del Sur. Redburn (1849) está basada en su primer viaje por mar, mientras que La guerrera blanca (1850) relata sus experiencias en el ejército. En 1850 se estableció en una granja cerca de Pittsfield (Massachusetts), donde entabló una estrecha amistad con Nathaniel Hawthorne, autor que ejercería una gran influencia en Melville y a quien éste dedicó su obra maestra, Moby Dick o la ballena blanca (1851). El tema central de esta novela es el conflicto entre el capitán Ahab, patrón del ballenero Pequod, y la gran ballena blanca que le arrancó las piernas al capitán a la altura de la rodilla. Ahab, ávido de venganza, se lanza con toda su tripulación a una desesperada búsqueda de su enemigo. La obra sobrepasa en mucho la aventura y se convierte en una alegoría sobre el mal incomprensible representado por la ballena, un monstruo de las profundidades, que ataca y destruye lo que se pone en su camino, y también por el capitán Ahab, que representa la maldad absurda y obstinada, que sostiene una venganza personal y arrastra a la muerte inútil a muchos inocentes. La ambigüedad con la que se juzgan el bien y el mal hace de esta novela una heredera de la Odisea de Homero e incluso de La Divina Comedia de Dante. Moby Dick no resultó un éxito comercial y la siguiente novela de Melville, Pierre o las ambigüedades (1852), una oscura exploración alegórica sobre la naturaleza del mal, fue un estrepitoso fracaso. Hoy, sin embargo, esta obra goza de cierta aceptación entre la crítica y el público.

Israel Potter (1855), una historia romántica, corrió la misma suerte que las dos primeras. En el libro de relatos Cuentos de Piazza (1856) se incluyen algunos de los mejores cuentos de Melville. Destacan especialmente Benito Cereno y Bartleby el escribiente, así como los diez fragmentos descriptivos de las islas Galápagos, en Ecuador, que llevan por título Las Encantadas. La novela inacabada El timador (1857), ambientada en un vapor del Mississippi, es una sátira del egoísmo y el materialismo de la época. Entre 1866 y 1885 Melville se ganó la vida como inspector de aduanas en Nueva York. Durante este periodo publicó varios volúmenes de poesía que han sido justamente valorados con el paso del tiempo. Entre estos figuran Aspectos de la guerra (1866) y Clarel (1876), la historia de una peregrinación a Tierra Santa salpicada de aventuras. En 1891 completó la novela Billy Budd, marinero (1924), la historia de un joven grumete que representa la inocencia, dominado por un malvado y endurecido oficial que es la personificación del mal.

Melville murió en Nueva York el 28 de septiembre de 1891, poco después de completar Billy Budd. Esta obra ha sido llevada al teatro, al cine y a la ópera (1951), por el compositor inglés Benjamin Britten, en colaboración con el novelista E. M. Forster.

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Fragmentos traducidos.

Moby Dick:

"Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondria me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustituto de la pistola y la bala. Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente. No hay en ello nada sorprendente. Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano."

“—(...) ¡Alabad estos cálices asesinos! Entregadlos, ahora que ya sois partes de una alianza indisoluble. (...) Bebed y jurad, hombres que tripuláis la mortal proa asesina de la lancha ballenera: ¡Muerte a Moby Dick! ¡Dios nos dé caza a todos si no damos caza a Moby Dick hasta matarla!
Los largos y afilados vasos de acero se elevaron; y con gritos y maldiciones contra la ballena blanca, la bebida fue simultáneamente engullida con un chirrido. (...) Una vez más, la última vez, el recipiente de nuevo lleno dio la vuelta entre la frenética tripulación...”.

Las encantadas

"Como no se encontraron con el mismo obstáculo que su compañera, las otras dos tortugas chocaron con pequeños escollos -cubos, poleas, jarcias- y a veces en el acto de pasarlos arrastrándose resbalaban produciendo un pasmoso traqueteo sobre la cubierta. Escuchando estos arrastres y esas caídas, me imaginé la misma madriguera de donde salían: una isla llena de cañadas metálicas y quebradas, hundida insondablemente en el corazón de montañas resquebrajadas y cubiertas a lo largo de muchas millas por intrincados matorrales. Después imaginé aquellos tres monstruos enderezándose, tan lenta y pesadamente que no sólo crecían hongos bajo sus patas sino que también brotaba sobre sus lomos un musgo fuliginoso. Con ellos me extravié en volcánicas maravillas, desbrocé innúmeras ramas de maleza podrida; hasta que como en sueños, me encontré sentado, con las piernas cruzadas sobre el delantero, con un brahmán montado del mismo modo a cada lado, formando un trípode de frentes que sostenía la cúpula universal."

Bartleby, el escribiente

"Soy un hombre de cierta edad. En los últimos treinta años, mis actividades me han puesto en íntimo contacto con un gremio interesante y hasta singular, del cual, entiendo, nada se ha escrito hasta ahora: el de los amanuenses o copistas judiciales. He conocido a muchos, profesional y particularmente, y podría referir diversas historias que harían sonreír a los señores benévolos y llorar a las almas sentimentales. Pero a las biografías de todos los amanuenses prefiero algunos episodios de la vida de Bartleby, que era uno de ellos, el más extraño que yo he visto o de quien tenga noticia. De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby. No hay material suficiente para una plena y satisfactoria biografía de este hombre. Es una pérdida irreparable para la literatura. Bartleby era uno de esos seres de quienes nada es indagable, salvo en las fuentes originales: en este caso, exiguas. De Bartleby no sé otra cosa que la que vieron mis asombrados ojos, salvo un nebuloso rumor que figurará en el epílogo."

"Yo ayudaba en persona a confrontar algún documento breve, llamando a Turkey o a Nippers con este propósito. Uno de mis fines al colocar a Bartleby tan a mano, detrás del biombo, era aprovechar sus servicios en estas ocasiones triviales. Al tercer día de su estada, y antes de que fuera necesario examinar lo escrito por él, la prisa por completar un trabajito que tenía entre manos, me hizo llamar súbitamente a Bartleby. En el apuro y en la justificada expectativa de una obediencia inmediata, yo estaba en el escritorio con la cabeza inclinada sobre el original y con la copia en la mano derecha algo nerviosamente extendida, de modo que, al surgir de su retiro, Bartleby pudiera tomarla y seguir el trabajo sin dilaciones.
En esta actitud estaba cuando le dije lo que debía hacer, esto es, examinar un breve escrito conmigo. Imaginen mi sorpresa, mi consternación, cuando sin moverse de su ángulo, Bartleby, con una voz singularmente suave y firme, replicó:
—Preferiría no hacerlo.
Me quedé un rato en silencio perfecto, ordenando mis atónitas facultades. Primero, se me ocurrió que mis oídos me engañaban o que Bartleby no había entendido mis palabras. Repetí la orden con la mayor claridad posible; pero con claridad se repitió la respuesta:
—Preferiría no hacerlo.
—Preferiría no hacerlo —repetí como un eco, poniéndome de pie, excitadísimo y cruzando el cuarto a grandes pasos—. ¿Qué quiere decir con eso? Está loco. Necesito que me ayude a confrontar esta página: tómela —y se la alcancé.
—Preferiría no hacerlo —dijo.
Lo miré con atención. Su rostro estaba tranquilo; sus ojos grises, vagamente serenos. Ni un rasgo denotaba agitación. Si hubiera habido en su actitud la menor incomodidad, enojo, impaciencia o impertinencia, en otras palabras si hubiera habido en él cualquier manifestación normalmente humana, yo lo hubiera despedido en forma violenta. Pero, dadas las circunstancias, hubiera sido como poner en la calle a mi pálido busto en yeso de Cicerón.
"

“No sé cómo, últimamente, yo había contraído la costumbre de usar la palabra preferir. Temblé pensando que mi relación con el amanuense ya hubiera afectado seriamente mi estado mental. ¿Qué otra y quizás más honda aberración podría traerme?"

Puede leer el texto completo y traducido de Bartleby, el escribiente en las siguientes direcciones:

http://www.libreriahispana.com/idiomas/hm_batleby.html

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bartleby.htm

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Imágenes.

 
 
 
 

 

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Herman Melville en el cine (extraído de El criticón http://www.alohacriticon.com/).

THE SEA BEAST (1926) de Millard Webb.
John Barrymore y Dolores Costello son las estrellas de este título mudo, el primero en abordar un libro de Herman Melville, en este caso su gran clásico "Moby Dick".

MOBY DICK (1930) de Lloyd Bacon.
La primera versión sonora del clásico de Melville volvió a tener en sus créditos a John Barrymore para encarnar al Capitán Ahab.
A su lado, la guapa Joan Bennett.

LAST OF THE PAGANS (1936) de Richard Thorpe.
El especialista en películas de acción y aventuras Richard Thorpe manejando con presteza esta primera versión del "Typee" de Herman Melville.
Guión de John Farrow y protagonismo de Mala y Lotus Long para este título de aventuras en los Mares del Sur.

MOBY DICK (1956) de John Huston.
La adaptación más popular y una de las más fieles al espíritu de la gran obra de Herman Melville.
Con Gregory Peck, Richard Basehart, Leo Genn y Orson Welles.

LA ISLA ENCANTADA (1958) de Allan Dwan.
Una nueva versión de "Typee", menos conseguida que la anteriormente filmada por Richard Thorpe, a pesar del buen hacer de Dwan y del protagonismo de Dana Andrews, Jane Powell y Don Dubbins.

BILLY BUDD (1962) de Peter Ustinov.
El gran Peter Ustinov adaptando con fortuna la homónima novela corta de Melville sobre los avatares de un marino enrolado en el ejército británico para luchar contra los franceses en el Siglo XVIII. Billy Budd es incorporado por Terence Stamp, quien esta soberanamente acompañado, por Robert Ryan, Melvyn Douglas y el propio Ustinov.

BARTLEBY (1970) de Anthony Friedman.
Producción británica que aborda de manera aceptable la excelente novela corta de Melville, "Bartleby, el escribiente", llena de alegoría existencial.
Paul Scofield y John McEnery, como Bartleby, protagonizan la película.

MOBY DICK (1998) de Franc Rodd.
Entretenida producción para televisión, que recuperaba la presencia de Gregory Peck. Ahora, el obsesionado capitán en busca de la ballena blanca es Patrick Stewart.
Con Henry Thomas y Ted Levine

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Acerca de Herman Melville en internet.

Páginas sobre Melville:

En inglés:

The Life and Works of Herman Melville - http://www.melville.org/

Herman Melville -
http://guweb2.gonzaga.edu/faculty/campbell/enl311/melville.htm

GREAT BOOKS INDEX - Herman Melville - http://books.mirror.org/gb.melville.html

PAL: Perspectives in American Literature - Herman Melville - http://www.csustan.edu/english/reuben/pal/chap3/melville.html

En español:

Ricochet - Herman Melville - http://www.ricochet-jeunes.org/es/biblio/base9/melville.html

Ciudad Selva - Herman Melville (Ofrece los textos completos de Bartleby, el escribiente y Benito Cereno):

Bartleby, el escribiente - http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bartleby.htm

Benito Cereno - http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/benito.htm

Trabajos sobre Bartleby, el escribiente:

José Pablo Feinman, Bartleby, Dios ha muerto - http://ar.geocities.com/veaylea2000/feinmann/bartlebly9-10-99.html

Juan Diego Incardona, Bartleby, el oxímoron - http://www.eldigoras.com/eom03/2003/tierra24jdi13.htm

 

(Si quiere sugerir un enlace a alguna página sobre Melville o alguna de sus obras, o un ensayo, artículo, etc., escríbanos a )

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