El poeta en busca de su agresor y cinco poemas pertenecientes a Tragaluz.

Marcos Vieytes

 

 

 

 

El poeta en busca de su agresor.

El conocimiento poético se logra por un esfuerzo al que sale a mitad de camino una desconocida presencia y le sale a mitad de camino porque el afán que la busca jamás se encontró en soledad, en esa soledad angustiada que tiene quien ambiciosamente se separó de la realidad. Por el conocimiento poético el hombre no se separa jamás del universo y conservando intacta su intimidad, participa en todo, es miembro del universo, de la naturaleza y de lo humano y aun de lo que hay entre lo humano y más allá de él.

María Zambrano

 

El acto de escritura del poeta, no obstante solitario, quiere ser un hecho significativamente social. El encuentro consigo mismo que publica el poema promueve la misma búsqueda inédita en los lectores, remueve la superficie estéril del terreno mental, resquebraja ciertas impermeables membranas espirituales y descubre los fósiles de la libertad amputada por los deberes del sobrevivir. Mediante la autonomía dependiente ejercida por el poeta en su acto, su mirar es un desprendimiento del ojo que franquea oblicuamente la paradoja: lo inapresable descansa y lo inaprehensible concede aristas al tacto del entendimiento, aunque suene más halagador postular que, por un momento, las dimensiones de lo humano se expanden y rozan un estadio inmediato superior.

Esta desorganización creativa instalada en el lenguaje resucitado por el poema y también en la mirada incapaz de evitar la potestad hipnótica de tales signos reordenados en la página, originará las más dispares respuestas de los espectadores no iniciados. La profunda y constante dinámica revolucionaria de la poesía, su aparente capricho, sus parámetros del todo imprecisos para el lector desaprensivo no pueden menos que sumarle resistencias, desprecio u hostilidad. Así como la materia poética precisa de un continente ontológico de cierta densidad y relieve para concretarse en el ser que la traducirá en poemas, éstos sólo pueden hallar eco favorable en quienes hayan adquirido –o estén dispuestos a adquirir- una especie de disposición acústica sensible a nuevas resonancias emocionales (porque no hay lógicas infalibles de la poesía, ni manuales de instrucción, ni diccionarios que definan de una vez y para siempre sus símbolos).

El poeta querrá ser agredido únicamente (*) por los temerosos que no encuentren otro modo mejor de reaccionar en defensa propia ante los temblores que la explosión imaginaria del poema les cause o por los poderosos que conciban como amenazante toda realidad que escape a su potestad. No es descabellado afirmar que todo poema es una provocación o no es, en la medida en que no se aviene a ser una mera ilustración de la realidad aparente o el reflejo domesticado del alma del lector. Si éste encuentra en el poema lo que ha venido a buscar, es que el poema no era tal. Similar extrañamiento al sentido por el poeta cuando se halla ante la materia del instante poética que motoriza su escritura es el que sentirá el lector ante el poema, si éste ha querido ser de veras original.

Piedra de toque del ser, la llama poética templa la convicción del íntegro o derrite los pies de barro del personaje. Fiel de la balanza ética, la desnudez poética enardece la moralina huera del escándalo o vaticina el hallazgo de una verdad probable. (no iniciados-Poesía buenos aires) (*)

 

 

Tragaluz (selección)

 

Vacío de perro

perro sin perro a un costado de la ruta
ballena muerte varada
mandíbulas mordiendo aire

perro muerto varado
al borde de la ruta
aire mordiendo ojos
de ballena absorta

cosa muerta que fue
aire
trozo
mandíbula

aire
que fue ladrido y perro y mirada
mordiendo la vida al borde de la ruta como mar
invariable ir y venir
absorto ininterrumpida
muerte

 

 

Tragaluz

me sangra la poesía por la boca
triturada
crepitante
como escara
bajo la suela de la lengua
como costra
como cáscara
de luz dejada toda por ti, poesía
abandonada
a las garras del jaguar
luz enfrascada
apresada
emplazada
en el plafón de la poesía
me corre
luz por la boca
sangro luz por las palabras
ilumino la sangre
ilumino la voz
por vos, poesía
sangro
por las escaras y corro
tengo praderas
amarillas en la boca
tengo campos
de sol en la garganta, poesía
trotes de luz por la sangre
corro
canto
luzco
y me sangra un jaguar por la boca
descalabro el resplandor
trago todo
lo que brilla
trago
toda luz que no pasa
alarileo en la baranda de un trasatlántico
que carpe el río removiente
zapo
la espuma
vendimio
la voz
muerdo la ola
y sangro poemas por donde vino
salada la luz, astilla
molida del sol

me sangran bocas por la luz
poesía
escupo soles por la boca

 

 

emmasuárez

Pareciera que en la mujer nada se sustrae a la sexualidad.
Nicolás Berdiaev

dame ganas dame ganas
dame ganas
o armate de paciencia
dame ganas o armate de paciencia si la lengua te flota
como un saquito de té en agua tibia

no te quejes no te quejes
no te quejes si el hornero
hace su casa con el barro cocido entre tus piernas
con las ramitas que tu silencio le pone en el pico
tan amistosamente

a la distancia
émmasuárez anda por las ventanas de la luz
la carne toda de emmasuárez
trota entre las venas con los tejidos firmes
los pechos cernidos sobre la desgracia
la matriz abierta
rubia
la voz rubia lloviendo
atardeceres amarillos sobre la piel
los pezones de emma transparente
todaemma
duna de arenas dóciles
toda pezones rubios y voz de repente
voz de leche rubia manándole de la mirada
y yo ceñido
a sus ojos de leche resbalándose
prendido a la rubia
quemazón de su sonrisa
al incendio que extingue sus fulgores en el celuloide triste de los ojos

ahí va emma dice el día , la distancia
emmasuárez repartiendo último soles
emma fértil corredora de crepúsculos
emmasuárez en el sexo de todos los colores

 

 

Ultramar

matriz de diálogo o de encuentro
ultratierra del yo de la conciencia
decir el monólogo de la conciencia es inexacto
otra es la conversación con la conciencia
cuando el otro es
ultramar de yo candente
cantando el ultrayo

 

 

Las nubes antepenúltimas

la miró menos
de una vez
los ojos
vueltos como dándole
un vuelto
toda ella ya
recuerdo del párpado: foto
grafía
mirada en moneditas
sobre los ojos inútiles
y el esqueleto de un grito haciendo pie

frágil osamenta de lo apenas visto
pero por qué no también fusilamiento
del ego encumbrado sobre la sacra
declamación a dos aguas de la duda

la dialéctica es una flor espiralada
que no se desvanece cuando afirmo
la imperiosa voluntad de una lengua
yagada como un pétalo que incendió la voz

ó-ye-lo
todo colibrí
nada sobre las nubes
antepenúltimas
y
encógete en el centro
del tímpano de dios
y
escucha
escucha
escucha

 

©Marcos Vieytes

 
el interpretador acerca del autor
 
                           

Marcos Vieytes

"Soy argentino, casado sin opción y aficionado a creerme poeta. Publiqué dos libros de poesía y me han publicado, en diversas revistas, poemas de otros cuatro libros inéditos. Escribí un libro de ensayos -La profesión de fe poética- y contribuyo con reseñas literarias y críticas cinematográficas al contenido de algunos medios de la red."

   
   
   
   
 
 
 
 
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