el interpretador no tem�is

Magaz�n Literario y Radar Libros       

Entrevista a Daniel Link

por Sebasti�n Hernaiz y Diego Cousido

Daniel Link fue Secretario de redacci�n de la revista Magaz�n literario en el a�o 1997, y editor de Radar.libros entre 1998 y el 2004. Nos recibi� en su casa para charlar de esas experiencias. Encuadernados sobre la mesa estaban la colecci�n completa de Magaz�n y algunos a�os de Radar. Nosotros llevamos otras tantas revistas y empezamos a charlar.

Elinterpretador: �Te hab�an hecho ya alguna entrevista por Magaz�n?

Daniel Link: �S�, varias veces, porque creo que hubo un seminario que dio Sylvia Sa�tta sobre los a�os 90, y un tema era periodismo cultural, y hubo un grupo que hizo una monograf�a o hizo una exposici�n, no me acuerdo. Y adem�s hay becarios o cosas que trabajan con per�odos m�s largo y que incluyen alguna referencia. Por eso tengo as�, relativamente a mano el material (se�alando los encuadernados)

EI: En principio, quer�amos saber c�mo te vincul�s al proyecto? �C�mo lleg�s a la revista? Desde el principio �C�mo surge?

DL: �S�. Magaz�n literario, yo creo, es m�s o menos contempor�nea, tal vez unos meses posterior, como proyecto, a Los inrrockuptibles. En ese momento estaba en el aire la idea de comprar marcas y hacer franchising cultural. Y a una persona, Violeta Weinschelbaum, se le ocurri� que pod�a hacer con Magaz�n literario lo mismo que sus amigos estaban haciendo con Los inrrockuptibles. Entonces me lo propuso y acept�, sobre todo acept� no ser socio del proyecto sino empleado. Yo hab�a fracasado en varios proyectos culturales a los cuales me hab�a asociado y la verdad es que no ten�a ganas de seguir intent�ndolo.

EI: �Qu� proyectos?

DL: �Bueno?

EI: �Hab�an llegado a salir?

DL: �S�. No me refiero solamente a revistas sino inclusive a editoriales. Yo no soy un buen socio. Lo que puedo aportar siempre a un proyecto es trabajo, y espero por ese trabajo que me lo remuneren y ya. Esa cosa de trabajar por una gloria futura, la verdad que para eso prefiero quedarme en mi casa escribiendo. No me parece que valga la pena hacerlo? No s�. Hab�a participado, por ejemplo, en La Marca, que a mi juicio fue un proyecto que funcion� bastante bien hasta cierto punto, pero despu�s me cans�, precisamente porque yo era socio y me implicaba una serie de preocupaciones que no pasan por m� habitualmente. Entonces yo dije eso: no quiero asociarme. Sobre todo para tener un �rea definida. Mi trabajo con Magaz�n literario iba a ser, y de hecho fue, la parte de producci�n period�stica local. Yo ni siquiera eleg�a los dossiers: ni los eleg�a ni los editaba.

EI: :Y los dossiers, eran textos tra�dos de afuera, traducciones de?

DL: En general s�. Eran dossiers que reproduc�an algunos de los dossiers ya aparecidos en Magazine litt�raire. Por supuesto, con la historia que Magazine litt�raire tiene hab�a posibilidad de elegir lo que uno quisiera. Naturalmente se actualizaban un poco, se inclu�a alguna nota que diera cuenta de la perspectiva local acerca de los problemas que all� se consideraban. Pero insisto, de eso yo no me encargaba?

EI: �De eso se encargaba Violeta?

DL: De los dossiers se encargaba Violeta.

EI: �Exist�a alg�n compromiso contractual respecto de lo que deb�a respetarse del modelo franc�s?

DL: �No, no?

EI: Porque es bastante respetuosa?

DL: ��S�. Bueno, no? siempre el problema, sobre todo al comienzo, tiene que ver con el dise�o de imagen de la marca: que la tipograf�a tiene que ser la misma, ese tipo de cosas. El dise�o lo hac�a Mart�n Kovensky y no creo que haya un parecido. S� en t�rminos de formato, de columnas, de ese tipo de cosas; pero luego el tipo de producci�n visual que Mart�n le impuso a la revista me parece que es distinto. Entonces si la revista hubiera continuado se habr�a despegado progresivamente del modelo. Insisto, est� fijado por contrato pero tampoco es excesivamente riguroso. Lo que a los tipos b�sicamente les importa es que la marca no haga papelones.

EI: Se desvirt�e.

DL: Que no haga papelones. Si se desvirt�a pero para bien? Si nosotros hubi�ramos podido hacer, no s�, New Yorker con el formato de Magaz�n literario no hubieran tenido problemas. Eso pasa inclusive con Los Inrrockuptibles. Pero s�, en principio era bastante apegada al modelo franc�s.

EI: Respeta las secciones al pie de la letra pr�cticamente.

DL: �S�.

EI: De todos modos en los �ltimos n�meros, o mejor dicho en el �ltimo se ve alg�n cambio.

DL: �S�.

EI: �Y por qu� de alguna manera fracasa? �Por qu� se termina?

DL: Mir�, esa es una cosa de la cual nunca tuve una idea clara. Porque desde un comienzo el proyecto estaba planteado como un proyecto que para testearlo ten�a que durar un a�o. Creo que la crisis hizo que Magaz�n terminara mucho antes, lo que significa que la crisis tambi�n comenz� mucho antes que lo que nosotros recordamos. Porque efectivamente, estamos hablando de fines de 1997 y en ese momento era complicado sostener un proyecto cultural. Antes de la devaluaci�n, no s� si se acuerdan, el papel sal�a car�simo, no se consegu�a. Imprimir era una pesadilla, tanto que los libros se imprim�an en Chile, muchas revistas inclusive se imprim�an en Chile por los costos que ten�a. Supongo que eso ayudo a precipitar la desaparici�n de Magaz�n, pero insisto, de todos modos, siempre me pareci� que bueno? Un poco lo que te dec�a antes, cuando uno es socio de un proyecto dice: voy a seguir hasta las �ltimas consecuencias. Yo no era socio, de modo que no ten�a manera de medir las �ltimas consecuencias y tampoco me interesaba. Esa es un poco la frustraci�n que a uno le puede dar cuando est� en relaci�n de dependencia, pero al mismo tiempo la tranquilidad: no dej� de salir por nada que implicara mi capacidad de trabajo, mi imaginaci�n, o lo que fuere, yo s�lo era un empleado. Digo, se puede decir que la revista fue un fracaso y en ese punto soy el responsable, pero la verdad es que con seis n�meros es muy dif�cil saberlo.

EI: La gente que trabajaba en la parte de libros �c�mo llega? �De eso te encargabas vos?

DL: �S�. Una de los criterios que yo siempre he tenido cuando he trabajado en medios? Una cosa es, insisto, cuando uno hace la revista que es la revista que uno quiere, que a uno le gusta, que habla solamente de los temas que a uno le gustan, y le da de escribir a sus amigos. El caso de ustedes puede ser, claramente. Otra cosa es cuando uno trabaja en un proyecto en el cual no puede sostener ese mismo perfil. Por lo que no tendr�a sentido hacer de m� una marca, hacer de mis gustos o de mi visi�n del mundo y de la literatura una marca. Eso me parece que no funciona nunca. Entonces, la idea en ese punto es la de incorporar la mayor cantidad de colaboradores posibles, ser lo m�s pluralista posible. Entonces en magaz�n, obviamente, recurr� a las personas con las cuales yo hab�a trabajado alguna vez en, por ejemplo, Los periodistas.

Cuando dej� de salir El Periodista se form� una cooperativa de periodistas independientes que llevaron adelante una revista que se llam� Los periodistas que sali� durante dos a�os. Y como yo en El periodista hab�a publicado algunas cosas relacionadas con libros ?estamos hablando de historia �no?, pero se trata de los a�os noventa y me parece que es importante? me pidieron que me encargara de editar las p�ginas de lectura o de lectura y espect�culo. Era un espacio muy corto una doble p�gina donde hab�a que meter libros, cine, un poco de todo? Bueno, entonces esa gente, en la medida en que quer�a y pod�a incorporarse al proyecto. Otros fueron despu�s a parar a Los inrockuptibles, como Hern�n Ferreir�s o Gustavo �lvarez N��ez, pero hicieron sus primeras armas en Los periodistas conmigo. Luego, gente de la facultad, ayudantes. Esa fue como la forma inicial. Despu�s hac�a falta gente espec�fica para ciertos temas como los temas de pl�stica, tanto para comentarios de pl�stica como para referirse a muestras. Y de ah� de las personas disponibles y que ten�an un discurso adecuado como para los medios, me parece que (Marcelo) Pacheco estaba bien. Yo no lo conoc�a, pero insisto, a m� siempre me parece que no hay que ponerse muy principista en ese punto. La gente escribe y uno se da cuenta despu�s cuando sali� publicado si lo que escribi� estaba bien o mal, si funciona o no, si trasciende o no, si es lo que uno quiere para eso o no.

EI:�Ah� est�n pensando en alg�n tipo de lector?

DL: Nuestra idea era una revista bien escrita, una revista que no funcionara ni siquiera como Babel. Babel era una revista con un perfil muy definido; con un gusto. Donde yo tambi�n hab�a estado. En esos lugares uno puede pensar que ciertos gustos te pod�s dar. Una revista como �sta que pretend�a ser, simplemente, una revista comercial, destinada espec�ficamente a cierto p�blico culto, personas que leen, etc. En ese punto, trat�bamos de tener una prosa cuidada, relativamente elegante, graciosa, que no aburriera demasiado, y con mucha informaci�n. La cantidad de informaci�n era demencial. La agenda que hab�a que armar. Una persona se dedicaba exclusivamente todo el mes a la agenda cultural. En fin, el perfil era m�s o menos un poco ese. Inclusive si te fij�s en los avisos, la revista cuando consigui� alg�n que otro aviso hizo de cualquier porquer�a. No s�? Kenzo.

EI: S�, Kenzo?

DL: El problema con lo de Kenzo puede ser un poco equ�voco. Es que la redacci�n estaba instalada en un negocio donde hab�a funcionado una oficina de Kenzo, del due�o local de la distribuci�n de Kenzo. Era como un canje. El tipo ced�a las oficinas a cambio de esta publicidad, no es que Kenzo pusiera plata para esto directamente. Pero indirectamente tuvimos una redacci�n bastante bien puesta, con intercomunicador y un mont�n de porquer�as, s�lo porque eso estaba libre. (Daniel hojea la revista. Hay una publicidad del correo). El correo siempre es un canje necesario como para hacer los env�os de suscripci�n? en fin, lo usual.

EI:�Y con algunas instituciones? Aparecen varias veces la Alianza Francesa, la Embajada Francesa.

DL: S� claro. Eso formaba parte del paquete de lo obvio y lo previsible.

EI: Despu�s aparece tambi�n, menons esperable, la Fundaci�n Banco Patricios o Proa.

DL: Lo de Banco Patricios creo que fue efectivamente una cosa que influy� de una manera misteriosa en el final.

EI: Porque era en ese momento una instituci�n conflictiva.

DL: S�, sobre todo su final lo fue. Ya te digo, de eso yo no s� nada, no te puedo decir absolutamente nada. No tengo informaci�n al respecto. En todo caso es eso. No s�, se cae un �rbol ac�, o una mariposa mueve las alas ac� y se desata una tormenta? la teor�a del caos. Sobre eso cualquiera puede hacer hip�tesis.

EI: Pero, b�sicamente, el final tiene que ver con causas econ�micas.

DL: S�, claro.

EI: No funcion�.

DL: No funcion�? Digo, alguien pens� que no. Pero, insisto, en seis meses es muy dif�cil saber, es muy dif�cil poder sostenerlo. Aparte fueron seis meses de junio a diciembre, con un verano encima en el cual se iba a hacer un solo n�mero, como es habitual en esas revistas que en el verano salga un solo n�mero. A m� me result� prematuro por eso que estoy diciendo. Digo, bueno, cerremos la revista, pero �un n�mero m�s no podemos hacer hasta marzo y ver qu� onda? Pero bueno, no pasaba por m� la decisi�n, no conozco cuales fueron los fundamentos?

EI:�Por qui�nes pasaba?

DL: Por los due�os. Por los due�os de la revista y el contrato con Magaz�n literario.

EI: Que era Violeta.

DL: �Claro.

EI:�Y hab�a un grupo m�s grande?

DL: Bueno, no. En principio yo no lo s�. Violeta era la cara, la directora de la revista.

EI: �Las rese�as eran pagas? �Era un proyecto comercial??

DL: �Todo. Poquito, pero se pagaba todo. Adem�s puntualmente. El proyecto estaba bien pensado, ten�a una din�mica que despu�s de seis meses estaba bastante establecida. A lo que voy es a lo siguiente: de repente para m� fue como mucho esfuerzo?

EI: Para dejarlo ir tan f�cilmente.

DL: �Claro. Porque el esfuerzo que uno pone en el per�odo fundacional de una revista de estas caracter�sticas es muy arduo. No es un trabajo de dos a seis de la tarde. Ten�s que organizar un mont�n de cosas, la b�squeda de colaboradores, charlar con cada uno de ellos, ver si aceptan trabajar en las condiciones que se les propone, hacer reuniones de sumario con los responsables de �rea. Esto, lo otro, lo de m�s all�, implic� un trabajo enorme. Una revista que adem�s, tiene la idea de que hay que poner fotitos. Una idea que, personalmente, yo detesto. Me parece que si algo se deja leer, se deja leer y ya. Entonces, buscar las fotitos, hacer navegaciones infinitas para encontrar el material gr�fico que no siempre estaba en el original. En cuanto a los dossiers s�, pero el resto, que era la mayor�a, hab�a que producirlo. En ese punto Mart�n (Kovensky) hizo un trabajo enorme porque muchas de las veces �l ilustraba con dibujos propios, lo cual era un lujo para la revista tener a un tipo como Kovensky ilustrando. Todo se hac�a con onda en la medida de lo posible.

EI:�Qu� tirada ten�a?

DL: Lo ignoro.

EI:�Pero se distribu�a en todo el pa�s?

DL: S�, en todo el pa�s. Por supuesto fue creciendo la distribuci�n, por lo tanto yo creo que fue una revista que ten�a entre cinco y seis mil ejemplares. Pero la verdad es que no lo s�, no te puedo dar precisiones al respecto porque, justamente, yo no me encargaba demasiado de eso. Digo, no es que no lo supiera en el momento, pero se me olvida ahora. Si me pregunt�s qui�n colaboro, esos datos s� los recuerdo porque es lo que pasaba por m�, lo que no pasaba por m� me enteraba en el momento pero se me olvidaba. Pero, ya te digo, cinco mil me parece que seguro, siempre, y en algunos casos seis mil, probablemente menos en funci�n de cuanto se distribu�a. Hab�a convenios con distribuidores, sobre todo de kioscos para figurar con las revistas de otro tipo.

EI: �Y la venta?

DL: Yo no s� que decir de la venta. Yo creo que la revista no amortizaba los costos, pero insisto, esto es algo que sucede con toda publicaci�n que comienza? As� que, supongo que vender�a mil ejemplares. S�, yo dir�a que mil ejemplares como techo.

EI: De todas maneras si la publicidad tiene �xito?

DL: En las revistas pasa muchas veces eso �no? La idea de sacar una revista muchas veces no tiene que ver tanto con la cantidad de ejemplares que se vendan sino de tener una revista colocada en determinados lugares de modo que los anunciantes se interesen.

EI: Se venden lectores a los anunciantes.

DL: Que es lo que hace Los inrockuptibles, que tampoco debe ser una revista de venta masiva ni mucho menos. Por lo que yo s� ni siquiera lo son las revistas de La Naci�n, Brandon o? Rolling Stone un poco m�s, pero no Brandon ni mucho menos, y sin embargo, tiene avisos a rolete. Un poco es el criterio. Por lo cual, insisto, uno tiene que poder aguantar un a�o y hacer eventos, y esto y lo otro. La revista auspiciaba pel�culas, estrenos, luego estuvo tambi�n en la carpa blanca. No s�? cosas por el estilo que la posicionen como marca, como modelo identificable. Igualmente, ya te digo, yo de marketing? soy muy trucho.

EI: �Y las repercusiones directas o indirectas?

DL: Y, a m�, cuando se acab� Magaz�n literario, me llamaron de Radar libros, y me llamaron por esto. No por Los periodistas, no por Babel. Yo ven�a de Los Periodistas y de Babel pero, ciertamente, Magaz�n literario tuvo un impacto bastante mayor. Estuve creo que un mes en mi casa y ya me hab�an llamado de P�gina /12. Creo que la revista ten�a una funci�n en ese momento, no hab�a nada parecido. Comparativamente, pensando que en la d�cada del setenta hab�a estado Los libros, que en los ochenta estaba Babel, que no respond�an exactamente a lo mismo porque eran proyectos m�s ideol�gicos y todo? pero bueno.

EI: Bueno, Los Libros en principio respond�a al modelo de la Quinzaine Litt�raire.

DL: Claro, s�.

EI: Incluso en la revista reproducen un texto en el que Piglia se�ala ese parentesco: Los libros, Babel, Magaz�n literario.

DL: S�, en la presentaci�n, s�. La idea interesante era trabajar con ese hueco. Que hoy, en t�rminos de avance de los tiempos, ser�a como completamente imposible de llenar. A nadie se le ocurrir�a ya plantearse una revista comercial de cultura. Hoy, el desencanto a prop�sito de esa posibilidad es evidente. El avance de la barbarie ha sido tan alto que hoy estamos en la felicidad del mundo virtual donde no hay que pagar un solo costo, con lo cual todo se puede hacer?

EI: Tampoco ning�n costo.

DL: Bueno s�, pero m�nimo. Qu� le pag�s, a una persona que te suba los textos o alg�n dibujito.

EI: Por supuesto, el gasto es muy menor. Igualmente, en t�rminos de desencanto hab�a una sensaci�n muy desencantada respecto del estado de la cultura. Es muy fuerte.

DL: S� bueno, insisto, el estado de la cultura no era brillante en ese momento, no lo es ahora tampoco, y probablemente no lo fue en toda la democracia. Esa es un poco la sensaci�n, me parece, de quienes pudimos trabajar desde el comienzo en distintos proyectos culturales, tanto en el periodismo como en otras instituciones. Efectivamente, las promesas de la democracia se agotaban?

EI: ...en promesas de la democracia.

DL: S�, en la repartici�n de un porcentaje de la torta estatal y no otra cosa. Cuando no hay posibilidad de generar proyectos m�s all� de la �rbita del estado, la verdad es que? Es un poco lo que se ve ahora, que la gente dice: ?�ay Macri!? �Qu� te importa Macri! Un tipo que va a estar gobernando una ciudad de mierda durante cuatro a�os. Digo, porque no te pon�s a pensar proyectos alternativos y ya. Parecer�a que, efectivamente, no hay esa posibilidad de pensar por fuera. Que te cierran el canal; esto, lo otro; no vamos a tener operas de vanguardia en el Col�n. Bueno, que s� yo loco, hacelas en un galp�n; si la vanguardia es galponera, es de garage. En fin. Y eso me parece que, ya te digo, lo notamos. Porque Babel fue una empresa muy cr�tica desde el punto de vista econ�mico. O sea, Babel pudo sobrevivir porque en ese momento primero fue de una editorial, despu�s todo eso se fundi�, y cuando se fue al carajo la compr� Punto sur, y a los tumbos sigui� funcionado porque Punto sur desapareci� del planeta. Babel en los �ltimos n�meros no pagaba una sola colaboraci�n. En la cooperativa donde yo participaba, Los Periodistas, pas� lo mismo. Encima tuvo un juicio con Cascioli por el nombre de la revista.

EI: �Les hizo juicio por eso?

DL: S�, y lo gan�, eso es lo peor. Entonces, ya te digo, si hoy me dijeran hagamos una revista as�, yo te dir�a bueno, yo soy empleado, cu�nto me pag�s. Y yo pedir�a como m�nimo diez mil d�lares porque s� que no dura tres meses. As� por lo menos con el esfuerzo que va a implicar, a los tres meses me pago un pasaje? lejos.

EI: Igual, el laburo que hab�a empezado ac� decanta en Radar. En alguna medida es una especie de continuidad del esfuerzo.

DL: S�, s�, totalmente. Ya te digo, primero, tanto lo que hice en Magaz�n como en Radar, bueno, pod�a tener sus costados exc�ntricos, pero yo nunca me consider� un trabajador exc�ntrico. Como te dec�a antes, si quiero ser exc�ntrico voy a la marcha gay o doy un te�rico loco. Pero ni siquiera doy te�ricos tan locos. Quiero decir, me parece que ese es un momento cuando uno est� solo ante el mundo. Despu�s uno tiene que trabajar y cumplir con lo que se le pide, digamos. Entonces, me parece que eran principios como de sentido com�n, cosas elementales. Bueno, esto es un medio, yo siempre que empiezo a trabajar en un medio pregunto, me dan la lista de temas que ustedes quieren patrocinar y la lista de temas que ustedes quieren prohibir, que no se traten. ?No, por supuesto?, te dicen al principio. ?No, vos ten�s tu libertad, hac� todo lo que quieras?. Bueno, una vez que me diste esa libertad, jod�te. A partir de eso, digo, el trabajo es como muy obvio: ver qu� es lo m�s interesante que hay en el ambiente, tratar de potenciarlo, establecer pol�micas ?en un pa�s en donde se polemiza tan poco? con argumentos, quiero decir. No eso de eh? and� a cagar. Donde no hay argumentos, tratar de desarrollar una opini�n p�blica un poco m�s fundada en razones, sobre todo trat�ndose de la cultura, de ese tipo de cosas. Y luego, dar cabida a todo el mundo. En P�gina /12 yo no rechac� a un solo colaborador de los que estaban desde antes, aunque me pareciera gente nefasta. Y tuvieron que convivir con la gente que iba apareciendo. Y todo chico que ven�a a pedirme una rese�a la hac�a, y si la hac�a mal no volv�a a aparecer nunca m�s, y si la hac�a bien segu�a trabajando. Eso siempre lo digo. Por ejemplo, Patricio Lennard creo que hizo un trabajo sobre Radar libros, y le dije mir�, fijate la cantidad de colaboradores y comparalo con cualquier otro tipo de suplementos y vas a ver ?contalos? que Radar libros tuvo un staff activo de cien colaboradores m�nimo. Lo cual, para m� era importante porque hizo del proyecto una caja de resonancia interesante. Porque �l dec�a �c�mo es el ?nosotros?? Esas cosas que le meten en la cabeza en la facultad: �c�mo era el nosotros de la revista, o el nosotros...? Digo: no hay tal nosotros. S� lo hay cuando se trata de un grupo, de un grupo ideol�gico que tiene su revistita, que publica solamente? Diario de poes�a o Xul pon�le, para citar dos modelos ochentosos. Pero una vez que atraves�s eso. Eso, qu� s� yo, cuestiones de sentido com�n me parece que se dejaban?

(Hojea Radar libros). Esto es el segundo a�o, el 99. A principios del 98 yo estaba trabajando en Radar libros. Yo no s�, pensaba cu�ndo saqu� esto y mir� un poco. A m�, por ejemplo, me gusta mucho esta etapa de Radar libros. Esta etapa realmente la disfrut� naturalmente mucho m�s que la �ltima. Me gustaba la dise�adora que ten�amos en esta �poca, trabajaba bien con ella.

EI: Y despu�s, qu� pas�...

DL: No, despu�s se fue a Barcelona, entonces sacaron las vi�etas, no s�, estas cositas est�n como bien pensadas, me parece que funcionaban bien. Despu�s se volvi� como m�s constructivista, m�s l�nea dura del dise�o, que es obviamente Alejandro Ros que ha hecho tapas maravillosas, por otro lado, para Radar libros. Ten�a m�s avisos. Ahora ya nada tiene avisos de los suplementos culturales. O muy pocos por lo pronto, salvo La Naci�n que se caracteriza por eso desde siempre. Las pastillas Renom� me gustaban tambi�n mucho, que despu�s desaparecieron porque nadie quer�a hacerlas. Ten�as que leer por el mismo costo tres libros. Claro, qui�n iba a querer hacerlo. Y yo me cans� de hacerlo. En una �poca las hac�a mucho yo pero despu�s me cans�? Bueno, ac� ten�s Cambiaso, que me odia, Pinedo, que es un ex-montonero. Cambiaso es de derecha. Guadalupe (Salom�n), que es una especie de anarco queer. Mar�a (Moreno), que es una hist�rica. Laura �sola? Que no me digan que este suplemento es? Marina Mariach.

No, la cantidad de nombres es dif�cil de seguir.

Y aparte irreconciliables entre s�. Por eso no me pueden decir que era un proyecto? Obviamente, despu�s uno sabe c�mo pasar encima de eso y darle un perfil definido a lo que est� haciendo, con las notas de tapa, con un mont�n de cosas, poni�ndolo a Gusm�n y no a Soriano. Pero yo puse a Soriano porque me lo ped�an en el diario. Puse a Sabato en la tapa porque me lo ped�an en el diario.

EI: No me acuerdo del de S�bato.

DL: Cuando sali� la autobiograf�a de S�bato, que no me acuerdo en qu� a�o fue. Antes del fin se llamaba. Me llam� Tiffemberg, el director del diario, un tipo al que yo ten�a que reportar. Entonces le digo, mir�, qu� s� yo, hagamos la tapa de S�bato, no va a ser una tapa favorable desde ya te lo digo. No porque yo no quiera, porque no conozco a nadie que pueda defender la literatura de S�bato con m�nima inteligencia. Pod�a llamar a un ex ministro radical, pero nadie iba aguantar una cosa semejante. Y la hicimos, qu� s� yo. No me acuerdo qu� hicimos? S�, lo que yo dije fue? Habl� con la gente. Le pregunt� a la gente qu� les parec�a Sabato, qu� era lo que les gustaba, qu� no, con los escritores? y despu�s hice una nota. Y hab�a cosas interesantes, qu� s� yo, Mar�a Moreno me dec�a que los personajes femeninos de S�bato eran mejores que los de Cort�zar, que estaban mejor delineados, que era menos mis�gino, un mont�n de cosas. En fin, que eran interesantes. Alan (Pauls) me dijo que recordaba una lectura shockeante de Abbad�n, el exterminador. Yo record� mi propia experiencia de lectura de Abbad�n, de Sobre h�roes y tumbas. Entonces, revindicaba eso. Bueno, S�bato es un escritor muy desde�able por muchas razones, pero en definitiva, es el escritor con el cual una generaci�n entera entr� en la literatura y a los grandes problemas de la literatura. Y eso, bueno, no es poco. Que se conforme con ser eso. La autobiograf�a es como lamentable, muy quejosa. Hab�a un par de cositas m�s, pero, en fin, sali�. Todo se puede hacer. Digo, a m� se me presentaban problemas cuando ya ten�a el suplemento armado un d�a jueves? Yo soy muy alem�n, en este punto, muy cuadrado. Por eso te digo, te planteo previamente, si vos quer�s que te haga una tapa, me llam�s un lunes y el domingo la ten�s. Pero que un jueves me dijeran no hay que hacer esto de tapa, no, mir�, yo ya tengo la tapa armada, aparte comprometida con una editorial, con lo cual yo no voy a quedar mal. Hay un suplemento que tiene doble tapa. No me acuerdo en qu� a�o. Pero supongo que en la �poca en la que todav�a estaba Juan Forn. Eso fue: la ida de Juan de P�gina /12 cambi� mucho la relaci�n. Porque Juan Forn se hac�a mucho cargo de parar la pelota y me defend�a bastante, me cuidaba bastante. Sin que esto signifique que Juan y yo pensamos lo mismo. Pero bueno, trabaj�bamos juntos y trabaj�bamos bien. Juan es un psic�pata y yo lo he visto psicopateando a la gente mal, y puede pensar de la literatura exactamente lo contrario de lo que yo pienso, pero para trabajar es una persona irreprochable. Bueno, entonces ya te digo, de pronto ven�a Tiffemberg y me dec�a, tenemos que hacer tapa con esto. Entonces el suplemento ten�a dos tapas. Y no era ?ay, qu� locos que somos?. Era, bueno, �Vos quer�s tapa?, est� bien yo te la hac�a si hubiera sabido antes, pero como no me lo dijiste ahora tenemos que hacer dos tapas. Todo se puede hacer, hasta la peor componenda, si trabaj�s con relativa comodidad.

EI:�Y en Magaz�n era c�modo?

DL: En Magaz�n �ramos muy pocos, como planta estable adem�s de Violeta, estaba yo, una redactora ?Mar�a Iribarren? que ella se encargaba sobre todo de la agenda, Mart�n Kovensky, quien era entonces su mujer, Laura, que se encargaba de cargar las p�ginas, y una chica que se encargaba de otras cosas, que era estudiante de letras y a su vez entonces tambi�n colaboraba. �ramos, qu� s� yo, cinco personas. Y los directores de �rea con los cuales hab�a reuniones de sumario. O sea que, era muy poca gente y cada uno ten�a bien definida su �rea de responsabilidad, lo que no significaba que no pudi�ramos dialogar los unos con los otros. De todos modos, lo que yo siempre sent� con Magaz�n literario es que le faltaba algo como Marita Chambers. Le faltaba m�s ese tono.

EI: Pero ah� empieza.

DL: S�, Marita empez� ac� a trabajar conmigo y despu�s la llev� a P�gina /12, que fue un gran problema porque los de izquierda no tienen sentido del humor, entonces nunca entend�an muy bien de qu� se trataba. Entonces trat� de meterlo pero bueno, tampoco s� si se hubiera solucionado con eso? me parece que hab�a un tono demasiado franc�s en todo. O sea, pomposo en alg�n punto.

EI: En una entrevista a Gandolfo que le hacen Fonderbrider y Chac�n en un librito sobre revistas y suplementos culturales?

DL: P�simo ese libro, que nos hace mierda a todos. Siendo que �l, loco? Est� bien, no se puede argumentar ad hominen, pero �qui�n sos?, y te llam�s Chac�n, llamate a silencio. Cuando sali� ese libro yo estaba trabajando en P�gina /12 y estaban todos brotad�simos. Y yo les digo, quieren que yo rese�e el libro, lo hago mierda en dos segundos. Es un libro totalmente endeble, es un libro desinformado, es un libro que no tiene marco te�rico. Pero no quisieron.

EI: S�, lo interesante es el ap�ndice con entrevistas. En una, Gandolfo hace un paneo de las revistas. �l es una figura muy activa en cuanto a participaci�n en revistas y en periodismo cultural. Y cuando hace un comentario respecto del sistema de rese�as de Magaz�n, lo que le�a era que lo embolaba. Arrancaba siendo un art�culo que trataba de escapar de lo acad�mico y terminaba siendo un flan que no alcanzaba a tener gracia y que no alcanzaba a?

DL: S�, la rese�a es un g�nero complicado de editar, sobre todo si ten�s que editar, que s� yo, trescientas rese�as por mes. Yo te digo, s�, hay una cosa de tono que no estuvo lograda, yo creo. Pero no por tal o cual g�nero en particular, sino que era demasiado franc�s. Es claramente eso: el influjo franc�s ?que se ve tambi�n en Inrockuptibles. Yo soy como muy chatarrero, en el sentido de m�s argentino en ese punto. Y en Magaz�n, creo que por el nombre, por el proyecto y todo eso, adem�s, insisto, en seis n�meros, hac�a dif�cil? Yo creo que si la revista hubiera durado un a�o, otro habr�a sido el cantar. Dos cosas muy distintas seguramente estar�amos analizando. Pero s�, yo coincido con Gandolfo en ese punto. No de todas las rese�as naturalmente.

EI: Y la decisi�n de lo que se rese�aba, �c�mo funcionaba eso?

DL: No s�, pero ve�moslo. (Hojea las revistas.) S�, hab�a como rese�as m�s largas. Ac� ten�s Chejfec, Chitarroni, que ser�a como la herencia de Babel?

EI: En una lectura en diagonal, en general, la herencia de Babel aparece bastante. Es notable, al tener tantas rese�as adem�s da la sensaci�n de ?todos los libros del mes?, de hecho la secci�n se llama ?los libros del mes?.

DL: �S�, �no? En ese punto tampoco tengo demasiado de que arrepentirme. Si comparo la literatura que patrocinaba Babel, esa literatura me sigue pareciendo mucho mejor que la literatura que empez� a aparecer a comienzos de los noventa circulando por Planeta y por esos grandes grupos. No s�, prefiero a Guebel que a Fres�n, por decir una cosa brutal que no s� ni siquiera si es cierta.

EI: Y despu�s con las otras revistas �qu� pasaba? Porque reci�n vos hablabas de las pol�micas y en realidad, parece que no hay una pol�mica respecto de un tipo de literatura que se promueva. M�s bien, lo que se lee es una sensaci�n de que el estado de la cultura es deplorable y entonces se intenta fomentar cualquier cosa?

DL: Puede ser. Mir�, una cosa que hubiera convenido aclarar antes de la entrevista es que si ustedes leen eso, ustedes tienen raz�n. En ese punto, me parece, que una persona que lee sabe m�s que el que escribi�. Y en este punto yo ni siquiera escrib� sino que edit�, lo cual, digo, vuelve mucho m�s dif�cil la operaci�n de conciencia sobre el efecto de lectura: yuxtaponer, que s� yo, cuarenta palabras distintas. Si ustedes leen eso, seguramente debe ser cierto. Probablemente no en Magaz�n, porque insisto, es como un proyecto no nato, abortado, interesante pero que no lleg� a dar de s� todo lo que se pensaba, o por lo menos todo lo que estaba previsto que diera. Pero en Radar libros dimos todas las batallas posibles, en un per�odo en el cual el diario no ten�a una posici�n oficialista ni con la ciudad de Buenos Aires ni con el gobierno nacional.

EI: En Radar es m�s claro eso. En Magaz�n respecto de la relaci�n ciudad y naci�n era clara la posici�n en favor del gobierno de la ciudad. Los eventos culturales de la ciudad se difunden y celebran, no as� los emprendimientos culturales del gobierno nacional.

DL: Bueno, Violeta ven�a de una familia radical. Yo tengo una foto con Alfons�n?

EI: De hecho, en ese momento, en 1997 acontecen las elecciones legislativas que son el primer gran triunfo de la Alianza, cosa que tiene una repercusi�n muy favorable por parte de la revista.

DL: Bueno, ��ramos tan j�venes! No s�, no es mucho lo que te puedo decir, y en ese punto avalo lo que ustedes leen, a�n as� me parezca feo lo que ustedes lean. Creo que lo que ustedes leen es lo que se lee, yo no te puedo estar torciendo el brazo y dici�ndote no, no es as�. Lo que s�, puedo llegar a dar son precisiones referentes a mi modo de trabajo.

EI: El proyecto de la revista intentaba llenar un bache. En el primer editorial dice: ?Confiamos �hace falta aclararlo? en las potencias del libro tanto en lo que se refiere a la formaci�n de conceptos como a la democratizaci�n de saberes?. Buscan llenar un vac�o que?

DL: Bueno s�, pero no creas en todo lo que se dice.

EI: Todas las revistas cuando empiezan dicen lo mismo.

DL: Claro, es un g�nero. �Qu� voy a decir? Estoy haciendo una revista de libros, �qu� voy a decir? �La verdad es que me cago en los libros? �Los libros son un instrumento de la esclavitud? Digo, puedo hacer el discurso levi-straussiano de la ?Lecci�n de escritura?. En fin, digamos cosas que no nos averg�encen. Pero tambi�n es un poquito de concesi�n. Es una revista de mercado, por lo tanto es concesi�n de mercado, sobre todo porque no est� firmado, dice ?La redacci�n?? A veces pasa un poco eso cuando la gente se pone muy violenta contra Beatriz Sarlo por las cosas que escribe en Viva. Pero, �est� escribiendo en Viva! Porque no le pegan a Beatriz por las cosas que est� escribiendo en Punto de vista, que a lo mejor son peores todav�a. No digo que yo piense que son peores. A veces en Punto de vista escribe unas barbaridades que? Escribiendo en Viva, si necesit�s el trabajo y lo vas a hacer, vas a tener que escribir eso, no pod�s escribir sobre otras cosas. Entonces, ya te digo, cuando uno est� trabajando est� trabajando, y por lo tanto hace muchas concesiones en cuanto a lo que significa el universo laboral. Yo tuve la suerte de haber trabajado siempre en cosas m�s o menos ligadas de alguna manera a mi propio deseo, pero cuando era muy joven trabajaba en empresas que hac�an, qu� s� yo, auditor�as impositivas. Y la verdad es que yo no pod�a manifestar lo que pienso de los impuestos, de la Pepsi-Cola? Estoy laburando. Digo, trato de no hacer nada que averg�ence a mis hijos despu�s, eso es como un l�mite, pero por lo dem�s? Entonces, luego, si la gente ve cosas horribles, est� bien, me hago cargo. No segu� haciendo lo mismo, con lo cual?

EI: No. No es un juicio, se�al�bamos que es una marca de �poca fuerte.

DL: No no, est� bien. Inclusive vos me podes decir, ustedes ac� eran re radicales de mierda, no s� entiende c�mo. Y s�, pero no es porque yo fuera radical, nunca vot� a los radicales ni mucho menos. Pero en ese momento era un proyecto que estaba m�s dentro de la �rbita de lo que pod�a llegar a ser una visi�n del pa�s republicano, que de una visi�n de un pa�s movimentista peronista, eso desde ya. Yo sigo teniendo amigos radicales que consideran que el peronismo es el mal absoluto, y me cago de la risa de ellos y les digo que alucinan, y a veces yo mismo me pongo en la misma posici�n, me pongo re gorila, qu� s� yo.

EI: Creo que el peronismo no aparece mencionado en toda la revista.

DL: Puede ser, puede ser. Una palabra prohibida. En relaci�n con el peronismo, a m� el peronismo me parece un poco totalitario discursivamente. En este sentido: la identidad pol�tica argentina es peronista. Lo digo siempre. Ya sea porque uno adhiere al peronismo o porque uno est� en contra del peronismo. Coincide totalmente, pol�ticamente no hay fuera del peronismo. Uno est� con o en contra.

EI: Ya lo dijo Per�n.

DL: �Bueno, eso me parece que es un rasgo discursivamente totalitario. Con lo cual, yo siempre he tratado de construir espacios en los cuales eso no se discuta. Discutamos cosas, pero sin involucrar al peronismo de manera evidente o inmediata. Yo no soy totalmente gorila, siento que hay cosas del peronismo que est�n muy bien y hay cosas del peronismo que est�n mal. Depende de mi estado de �nimo y depende de las bestialidades que hagan los peronistas uno se pone m�s crispado o menos crispado. No s�, te pasa. Hay d�as que ves la televisi�n y dec�s no lo puedo creer, y otros d�as te cag�s de risa, aplaud�s y dec�s qu� bien la hicieron. Pero, de todos modos me parece que, tanto en la universidad como en los medios, deber�a ser posible pensar m�s all� del peronismo, pensar como si el peronismo no fuera el principio rector. Tal vez sea como una hip�tesis de ficci�n m�s bien. Aunque, por el contrario, mis ficciones son como m�s peronistas. Yo no podr�a pensar un proyecto ficcional desgarrado de lo que es la mitolog�a peronista. Pero en t�rminos de discusi�n o de debate deber�a ser posible.

EI: Cuando sale la revista hacen una presentaci�n a la que asisten Piglia y No�, entre otros. �Hac�a eventos de esa �ndole, como para estar presentes o generar debates?

DL: �No. S� se hac�an las presentaciones de pel�culas. Despu�s se particip� en la carpa blanca de manera muy activa, se regalaron revistas a docentes y asistentes a la marcha blanca. (Mientras hojea la revista.)� Se regalaron mil colecciones de la revista, obviamente sobrantes que no las �bamos a tirar. Esto no me acuerdo a qui�n se le ocurri� pero me pareci� que estaba bien. Supongo que se le habr� ocurrido a Kovensky. En fin, y del otro lado Kenzo. Pero esto a nosotros nos divert�a, a nosotros nos divert�a, nos parec�a que era simp�tico. Porque, digo, vuelve como fr�volo esto, y lo vuelve raro. No s�, insisto, por ah� no control�bamos bien los efectos de discurso y eso hoy se puede leer con mayor irritaci�n que entonces. Pero, volviendo al tema, el problema es que si yo me refiero a generar debates, obviamente no llamar�a a Piglia que es una persona que no puede debatir porque no entra dentro de su horizonte la condici�n del debate. Eso era m�s bien un padrinazgo.

EI: Una cosa que llama la atenci�n es la insistencia en la defensa de la cultura y la educaci�n que aparece sobre todo en los editoriales. Se repite lo de ?sin escuela no hay cultura?.

DL: �S�. Yo tengo siempre frente a la educaci�n una posici�n de maestra rural. M�s all� de la desconfianza que uno puede depositar sobre los aparatos escolares ?que es leg�tima? en pa�ses arrasados como la Argentina, creo que es el ?abc? a retomar. Sobre todo porque las pol�ticas educativas tienen como una inercia de veinte a�os. Es sabido que la gente que se form� en la escuela primaria y la secundaria durante la dictadura permanece m�s o menos con la cabeza quemada durante varios a�os. Aparte era todav�a la �poca del amargo sabor que nos hab�a dejado el congreso pedag�gico radical, que fue un fiasco hist�rico monumental. Y despu�s el menemismo como la barbarie, en fin, como lo que fue.

EI: A m� igual lo que me llamaba la atenci�n era el aparato te�rico que aparece, aunque solapado, mucho en los comentarios de libros. En el mismo n�mero en que regalan colecciones de la revista en la carpa blanca, y que titulan el editorial ?Sin escuela no hay cultura?, en la nota que escrib�s vos sobre best-sellers, que es sobre ?g�neros?, escrib�s ?Tambi�n es cierto que el arte es cada vez m�s prescindible, acaso innecesario?. Digo: esto que viene de la teor�a del fin del arte, etc, y est� muy presente como modo de leer en Magaz�n, y que reaparece en otras tantas revistas de la �poca (la conciencia del fin del arte, del fracaso de la vanguardia)...

DL: �Son dos cosas distintas, igual, porque una cosa es defender los valores pedag�gicos ligados al libro, la posibilidad de formar ciudadan�a, y otra cosa es pensar en la eficacia del arte de vanguardia, o en los artistas. Los artistas de vanguardia para m� son personas que... Me parece que eso ya fue. Y eso te lo defiendo, y que el que sigue sosteniendo alg�n tipo de ilusi�n al respecto... Me escrib�an hoy unos chicos a prop�sito de mi columna de opini�n del s�bado pasado en Perfil sobre Ciudad Abierta, me dec�an que lo que se hizo demostr� que ?la televisi�n pod�a ser un g�nero art�stico por s� mismo?. Palabras textuales. Y yo lo que dije es que no s�, no se puede hablar de algo que nadie vio. Ahora bien, si vos pens�s que la televisi�n puede ser un g�nero art�stico por s� mismo y esa es tu hip�tesis de pol�tica cultural, eso es ingenuidad, o religi�n. En todo caso, no sirve para nada. Entonces, son dos cosas bien...para m� son dos esferas de actuaci�n bien distintas. Una est�tica que tiene que ver con un malestar interior a lo que se podr�a considerar arte, y la posici�n del artista, y la idea de no intervenci�n y la idea de la autonom�a, y todo esa cosa asquerosa que muchos escritores defienden, incluso artistas. Y otro es la idea de que alfabetizar hay que alfabetizar, y despu�s ense�ar a desconfiar de lo que se ley� y blablabla, pero eso no se puede obviar, y una persona con una m�nima formaci�n intelectual tiene m�s anticuerpos para funcionar que una persona que no los tiene.

EI: �A m� lo que me parec�a interesante es que son muchas veces dos discursos que aparecen como separados, que no se piensan el uno al otro. En el �mbito acad�mico se piensa s�lo en uno...
DL: �Pens� que tambi�n yo ven�a de hacer libros de texto. Que est� bien, de los libros de texto te podr�a haber dicho que tambi�n respond�an a una determinada demanda, pero son libros que hice porque quise y c�mo quise. Yo tengo una fe importante en la escuela, en t�rminos de eso: crear las condiciones posibles para evitar las desigualdades. Es decir: la gente no va a hacer la revoluci�n si no tiene ni idea qu� significa la palabra ?revoluci�n?. No es que yo piense que haya que hacer la revoluci�n, siquiera, no es que defienda eso, pero si de eso se trata, m�nimamente hay que ense�ar eso, y despu�s se ver�. Yo soy docente de formaci�n, y he trabajado de eso durante muchos a�os de mi vida, y al mismo tiempo puedo seguir defendiendo la dimisi�n de lo que ser�a la autocomplacencia del rol, as� de intelectual, de escritor, o de artista, as� como esa postura mayor. En fin.

(Mientras hablamos vamos hojeando los n�meros de la revista. En este momento justo aparece un n�mero de Magaz�n correspondiente a la entrega de premios de novela de la editorial Planeta que gan� Piglia, en medio de dudas que posteriormente llevaron a una resoluci�n judicial en su contra. La retirada de tapa es una publicidad de la editorial, anunciando la novela premiada: Plata quemada. En las p�ginas 3 y 4 se publica una galer�a de fotos de la entrega de premios, donde mediante el titulado, el collage y el trabajo sobre las im�genes, comienzan a ser denunciadas las irregularidades del caso: bajo el t�tulo de ?Se entreg� el controvertido premio Planeta?, se publica una foto donde se borra el cheque gigante que recibe Piglia y se lo sobreescribe con un ?Esas cosas no se hacen?)

EI: �Esto es muy bueno...

DL: �Bueno, esto fue... Nosotros sab�amos lo que hab�a pasado con el premio, y no pod�amos decir con munici�n gruesa lo que hab�a pasado con el premio, porque justo me hab�an puesto la retiraci�n de tapa, y esto lo hab�an pagado de verdad. Entonces hicimos esto, pusimos en el bochornoso cheque gigante ?Esas cosas no se hacen?. Y esto fue al toque, antes de que lo levantaran despu�s los de Tres puntos. Pero bueno, eso que te dec�a: se puede ejercer cierta cr�tica con el tono fr�volo, haci�ndose el idiota. ?El controvertido premio Planeta?, etc.

EI: �Todo lo que coment�bamos de la percepci�n del estado de la cultura...
DL: �Catastr�fico...

EI: �Nosotros trabajando sobre varias revistas, esta percepci�n aparece como si fuera un premisa desde donde se escriben varias de las revistas: est� todo mal...

DL: Bueno, la cultura... yo viv� un poco los setenta. Los sesenta era muy chico, pero de los setenta tengo memoria, y de los ochenta tambi�n. No s�: El porte�o. Yo tengo la colecci�n completa de El porte�o, y la verdad que era una revista...bueno Babel era en principio una extensi�n de El porte�o, una revista publicada por la misma gente, y por algo El porte�o las dos veces que intent� volver a salir, no pudo seguir saliendo. Ah� la dictadura oper� de manera muy muy eficaz, anulando posibilidades de poder articular pensamiento ?entre comillas- ?masivo? sobre la cultura. Entonces s�, hay como un lamento que no me extra�a que lo lean, porque nosotros �ramos muy pesimistas, en ese momento ya bien entrada la d�cada del noventa. Despu�s del 89, toda la hip�tesis sobre el funcionamiento de la democracia hab�a ca�do. Curiosamente, yo nunca fui muy lector de revistas. Y eso en general nos pasa a mucha gente que hacemos revistas. Nadie sabe muy bien por qu� alguien tendr�a ganas de leer una revista, salvo las que son de identidad. La �nica que yo recuerdo haber comprado y le�do y que fue importante en mi vida y que por eso la guardo, m�s all� de estas revistas identitarias, es El porte�o, pero otras no, entonces no tengo mucha idea de lo que se dejaba leer contempor�neamente a que hac�amos Magaz�n. Adem�s de que, obviamente, lo �ltimo que hubiera tenido ganas de hacer cuando hac�a una revista era ponerme a leer otras.

EI: Los dossiers, al menos ley�ndola desde ahora, son como ilegibles en alg�n punto.

DL: Son, s�, como imposibles.

EI: Uno ve la parte de libros y la puede pensar, pensar algo. Pero los dossiers que sacaban...hay como una descolocaci�n ah�, est�n como incrustados.

DL:Yo creo que el problema del dossier, como g�nero,en general es que una revista puede conseguirlo o no, pero en todo caso tiene una relaci�n con el presente. El dossier no, es atemporal. Y la verdad que un dossier sobre Lacan, qu� s� yo. Bueno, lo de Lacan era obviamente para venderle la revista a los psicoanalistas. Un dossier sobre Foucault, creo, hubo en el n�mero 0. Los dossiers como g�nero, yo no s�.

EI: Podr�a ser un momento de intervenci�n que parece como desaprovechado. Cuando es un lugar de intervenci�n fuerte, no s�, en Diario de Poes�a, funcionan bien. En Pared�n y despu�s, una revista de Mar del Plata en la que estaba Ana Porr�a, Fabiola Aldana y varios otros, cuando empiezan a trabajar con dossiers, encuentran un camino m�s potente.

DL: Puede ser, a m� no, digo: �por qu� hacerlo en un dossier y no en la revista? Como concepto no la entiendo la idea de dossier. Diario de Poes�a es una revista que nunca pude leer, es una revista que ni s� qu� contiene. Debo tener alg�n n�mero perdido por ah�, pero no es una revista que haya entendido alguna vez. Pero Babel tambi�n ten�a dossier y nunca me pareci� que funcionara, a�n cuando escrib� en varios.

EI: Creo que pueden ser un motor de discusiones, posibilitan abrir un eje de pensamiento. As� funciona muy bien en Pared�n, por ejemplo. No s�, en elinterpretador, por ejemplo, cuando trabajamos dossiers es para inventar una zona, o rearmar alguna...

DL: Pasa que el dossier propiamente es como una cosa, como una separata, �no?, por eso te digo. Si funciona bien, es eso. No es, qu� se yo, cuatro p�ginas destinadas a profundizar un tema de discusi�n. Eso no es propiamente un dossier...

EI: No, no necesariamente un dossier como separata...

DL:...por eso el dossier es algo que no termino de entender en una publicaci�n peri�dica. No s�: en el �Billiken no hab�a.� Aunque yo era m�s de Anteojito, me parece, cuando era chico, que del Billiken. No importa, igual, es una apreciaci�n absolutamente personal. Y el Diario, no s�, qu� s� yo. Nunca me llev� bien...

EI: Tiene momentos que son muy interesantes.

DL: Puede ser, puede ser. Es como lo que me pasa con Ciudad Abierta, son cosas que no conozco y sobre las que no puedo abrir juicio, y me parece injusto entonces que diga que est�n bien o mal. El Diario nunca me interes� y no es una revista que haya podido seguir. Me parece que solamente Babel y El porte�o han sobrevivido a todas las cat�strofes. Pero si ten�s ganas te busco Los periodistas.

EI: Podr�a ser tema de un pr�ximo dossier.

(Daniel Link va a otra habitaci�n y trae una colecci�n de revistas viejas: El periodista, Los periodistas, El porte�o)

DL: Bueno, este es el original, El periodista, y Los periodistas es �sta.

EI: �Entre qu� a�os sali�?

DL: (mirando los n�meros, enumera:) 1989, julio, agosto, septiembre del 89, octubre del 89, noviembre del 89, noviembre, noviembre del 89. Enero del 90, enero, febrero del 90, mayo, junio, julio...� S�, comienzos de los 90.

EI: Convive con Babel. �Qui�nes estaban?

DL:(mirando un ejemplar) �Qui�nes estaban? Estaban Hern�n L�pez Echag�e, Gabriela Borgna, Ulises Muschietti, Oscar Gonz�lez, Daniel Vil�, Ver�nica R�muli, Gustavo Veiga.

EI: (en la p�gina abierta se ve que Ediciones de la Flor tiene una publicidad en la tercer p�gina de un n�mero de Los Periodistas) Ediciones de la Flor debe ser la editorial que m�s publicidad puso en revistas hist�ricamente.

DL: S�. Yo trabaj� en La Flor muchos a�os, y Daniel (Divinsky) me ense�� eso: si hay que pagar una publicidad en un suplemento es imposible, pero si uno publica cien avisos en revistuchas, a la larga es mejor. O por lo menos garantiza cierta visibilidad.

EI: Siempre ponen, adem�s, adecuadas a la revista, no son siempre el mismo institucional. En V de Vian, siempre tienen el tono de la revista. En magaz�n tambi�n pone...

DL: A ver qui�nes m�s estaban...(Daniel vuelve a sobrevolar con la mirada los ejemplares de Los periodistas) Vicente Muleiro, Gabriela Borgna ya te dije, Hern�n Ferreir�s, Mart�n Kovensky tambi�n estaba. Ac� hace una entrevista Paula Rodr�guez que no recuerdo qui�n era. �Ves?, ac� hay una contratapa sobre Benjamin, que hicimos? Ah, Juan Di Natale, tambi�n estaba, Gustavo Alvarez N��ez, que fueron a parar a Los Inrocks, r�pidamente. Mir�, este lo tengo doble, les puedo regalar una. Yo aprend� a editar ac�, porque eran cosas muy cortas.

EI: Y mientras sacaban Magazin, vos estabas en la facultad, dando clases, �no?

DL: S�, siempre, nunca dej� eso, es mi parte de jubilado, �viste? No, a m� me gusta dar clases, no tengo ese discurso antiacad�mico: yo estudio, me hace pensar, me parece que est� bien. Y aparte, es eso, es seguro. Hay y hubo mil crisis y el docente sobrevive a todo. Es un gremio bien colocado, una tarea de la cual la sociedad no puede prescindir, pese a todo.

EI: Y en editoriales, ah� ya no estabas trabajando.

DL: No, no, ah� ya no.

EI: Lo de La Marca fue anterior.

DL: S�, La Marca fue anterior, a fines de los ochenta. Yo estuve en La Flor muchos a�os, y me fui de La Flor porque me hab�a sacado beca de Conicet, me parece, que me aburri� muy r�pidamente. Y entonces ah� empec� a inventar cositas como lo de La Marca. Despu�s sali� esto de Los periodistas, y Babel, pero en Babel s�lo escrib�a, no implic� un gran aprendizaje profesional.

EI: Y Los periodistas te form� m�s en el periodismo cultural.

DL: S�, hab�a que elegir, armar sumarios, hab�a que editar, sobre todo. Editar es una tarea dificil�sima, y yo aprend� eso en Los periodistas.

Por supuesto que yo escrib� rese�as, antes, en la dictadura, desde el 80 en adelante empec� a publicar rese�as en medios, pero reci�n en esa �poca fue que consegu� aprender. Adem�s de que bueno, que hubieran confiado en m�...yo creo que era porque no hab�a plata. Entonces, como no hab�a plata, confiaban en cualquiera y casi no me pagaban, o me pagaban lo mismo que una colaboraci�n. Esos momentos a veces tienen esa grandeza: permitirte hacer como una pasant�a de lujo. Y aprend� mucho. Aparte, era una revista quincenal, que es lo peor del mundo. Porque semanal te quema la cabeza; mensual es lo m�s c�modo, y al mismo tiempo lo menos atractivo; y quincenal es imposible. No hab�a forma de armar agenda, porque la informaci�n no circula para el per�odo de quince d�as. El periodista era semanal, pero no hab�a plata para eso. Y Los periodistas dej� de salir no porque le fuera mal, que no le iba tan mal, sino por el juicio, que impidi� que siga. Pasa que no era s�lo el nombre lo que se copiaba, sino todo el dise�o. Si uno se pone en capitalista siniestro, era imposible que ese juicio no prosperara.

EI: El recuerdo que te queda de Magaz�n, tambi�n, entonces, es un proyecto que pudo haber sido.

DL: S�, yo, o sea, un buen recuerdo. Digo porque all� tambi�n aprend� cosas, �no?, y uno piensa todo lo que pudo haber funcionado mejor y en qu� medida eso depend�a de la capacidad de uno o no. Qu� se yo. Yo te dir�a hoy que P�gina/12...en fin, no le dir�a a nadie ?ah, ojal�...!?. La verdad que me quem� la cabeza, pero tambi�n aprend� much�simo. Yo eval�o siempre los lugares en los que particip� en t�rminos de eso, lo que me ense�aron profesionalmente. Y yo te digo: sal� de Los periodistas, sal� de Magaz�n, sal� de P�gina/12 sabiendo una cantidad de cosas que antes no sab�a, por lo cual, m�s all� de c�mo hayan terminado, valieron la pena.

Despu�s, qu� s� yo, a m� me sorprende mucho cuando me vienen a hacer entrevistas por Magaz�n literario, porque dur� muy poco, entonces el impacto que tuvo Magaz�n no fue muy alto, no pudo haber sido muy alto, as� haya sido la revista m�s genial. Suponete, aparte lo hemos hablado, cuando ustedes empezaron con elinterpretador, tambi�n ten�an problemas, que no se entend�a el tono, que no eran jugados, o eran respetuosos, en fin, lo hemos hablado. Pero eso pasa siempre al principio, hasta que encontr�s el tono, encontr�s la manera de relacionarte con tus lectores, encontr�s el espectro exacto de colaboradores, temas y puntos que te interesan reivindicar, bueno, necesit�s un tiempo. Y despu�s el crecimiento. Pasan de hacer la revista mensualmente, y ahora que actualizan, �qu� son, tres meses ahora?

EI: Tres meses, s�, aproximadamente.

DL: Digo, es la l�gica de todo proyecto que no tiene subsidio, que no es un proyecto que pueda descansar en las arcas p�blicas. Y luego, bueno, supone una inversi�n de tiempo, digo, m�s all� del r�dito. Qu� s� yo, el blog. Yo pude realmente hacer el blog que a m� m�s me divert�a hacer. Lo pude hacer porque ten�a la beca de P�gina/12,� sin la beca de P�gina/12 yo no puedo darme el lujo de perder el tiempo escribiendo estupideces para alimentar mi blog. As� que eso tambi�n se lo agradezco a P�gina/12.

EI: �En qu� a�o te fuiste de P�gina?

DL: En P�gina, yo termin�... debe haber sido en el 2003, o 2004. Me parece que 2004.

EI: Varios a�os...

DL: Fueron siete a�os, s�, y nadie daba un centavo por m�. Beatriz Sarlo siempre me dec�a ?no vas a aguantar ni un mes?, y yo cada seis meses le dec�a ?�Viste, Beatriz, que s�, viste??. Digo, se dieron una serie de circunstancias que funcionaron a favor de que me pudiera quedar en P�gina. Eramos todos antimenemistas: no se puede menemista, no hay manera de pensar nada bueno del menemismo. Por un lado eso. Adem�s estaba Juan Forn, que es un tipo con el que yo siempre trabaj� muy bien, en Planeta tambi�n. Y luego porque yo ten�a ideas. Tambi�n es cierto que cuando a uno se le empiezan a acabar las ideas, eso se nota. Y llega un punto en que la verdad que despu�s de siete a�os, tener una tapa semanal es como dif�cil. Es dif�cil si no ten�s que repetir, porque despu�s empiezan las repeticiones. Todo cumple su ciclo. Pens�, el tema del dossier, en este caso no es un dossier, sino la tapa, que en este caso funciona en alg�n sentido como ?el problema? y la verdad que no hay tantas. No s�, 7 por 52 semanas, qu� se yo, es como pensar... De hecho, lo que veo es que se repite. Cuando leo los titulares, ahora pienso ?ya lo hice, ya lo hice, ya lo hice?. No pod�s hacer otra tapa de S�bato, porque ya est� hecha. Digo: y por supuesto que cuando lo hacen distintas personas, eso enriquece el abanico de posibilidades. Ahora, yo no podr�a hacer otra tapa distinta de la que ya hice.

Ahora, bueno, con unos amigos queremos hacer un evento sobre Silvina Bullrich, para reivindicarla como la gran escritora olvidada de la Argentina, y eso hubiera sido una buena tapa...

EI: Tapa y contratapa ten�s ah�.

DL: Un suplemento especial. Bueno, cada tanto ten�amos suplementos especiales en Radar.Libros. Y estaba esa encuesta absurda que me obligaban a hacer.

EI: �Te obligaban a hacerla?

DL:S�, jam�s se me hubiera ocurrido. Digo: no es que no se me hubiese ocurrido, no se me hubiera ocurrido de verdad. No es una idea que pueda llegar a pasar por m�. (con voz impostada) ?Hay que hacer la encuesta, hay que hacer la encuesta?. Est� bien, si hay que hacerla, la hacemos, la hacemos lo mejor posible, lo m�s transparente posible. Y as� fue que me gan� enemigos. Claro, porque pensaban que yo manipulaba mucho, pero yo no manipulaba los datos. De pronto s� les insist�a a mis amigos para que voten, pero no les dec�a ?voten a tal?, voten lo que a ustedes les guste, que yo me imaginaba lo que pod�a ser siendo mis amigos. Pero m�s que eso nunca hice. Pero la gente pensaba que yo falsificaba los votos, como si a m� me importara mucho, adem�s.

(sacamos unas revistas de finales de los 90)

DL: �Qu� es, una contempor�nea?

EI: S�, esta revista es del 99, este n�mero. El desierto (se la paso a Link, que comienza a mirarla)

DL:�Por esa �poca no estaba ya la revista de Rinesi, El ojo mocho?

EI: S�, desde el 95 creo que sale.

DL: S�, Rinesi colabor� con nosotros tambi�n, ten�amos relaci�n con El ojo mocho, pero bueno, era de esas otras revistas, con reportajes a lo bestia.

EI: Claro, bueno, nosotros ven�amos pensando c�mo editar la charla, y una opci�n era ?a lo Ojo mocho?.

DL: Bueno, lo que tiene de bueno internet es que no ten�s el problema de las p�ginas, de la cantidad de caracteres. Despu�s es una cosa de que quede bien, o mal. Ac� no.

EI: (refiri�ndome a la revista El desierto) Es muy linda esa revista, aunque trabajan mucho m�s con poes�a. Est� asociada al proyecto editorial Nusud.

DL: Ay, est� Ariel (Schettini, que publica unos poemas en el n�mero de 1999 de El desierto)

EI: S�, publica unos poemas ah�.

DL: Ves, suponete lo que yo te digo: yo soy muy amigo de Ariel Schettini, y pensamos cosas muy parecidas, por algo somos amigos, y sin embargo con Ariel siempre me result� complicado trabajar. Y al rev�s, por eso lo de Juan (Forn) es muy curisoso: no somos amigos, pensamos cosas muy distintas, y sin embargo hab�a como una relaci�n laboral como de entendimiento, ?hay que hacer esto, hay que hacerlo ? y bueno, ?s�, lo hacemos, pero sab�s que yo lo hago as�?, ?s�, ya s�?. Y �l pon�a la cara ante los superiores del diario. A veces pasa eso, que con los amigos pod�s tener un buen proyecto pol�tico ?digamos-, pero a la hora de ?hay que hacer esto?, Ariel no lo hac�a. Ese tipo de cosas. Digo, ?Ariel? por decir alguien, cualquier amigo. Eso en general me pasaba, que no les pod�a pedir a mis amigos que hicieran cosas con las que no estaban de acuerdo y terminaba haciendo yo.

EI: Una cosa que tiene Magaz�n, es que mucha de la gente que escribe despu�s sigue haciendo recorridos bastante interesantes, y eso retrospectivamente le da cierta resonancia a la revista.

DL: S�, puede ser. Me gusta hacer scouting, soy como un cazatalentos.Adem�s, eran todos muy jovencitos. Salvo nosotros, que �ramos como los m�s viejitos, el resto...Y lo mismo en El periodista, y creo que en Radar.libros tambi�n.

EI: En uno de los n�meros de Magaz�n comentan la salida de Diario de Poes�a, hacen un comentario sobre la l�gica de las encuestas que hac�an en su momento, y que las dejan de hacer porque termina siendo una cuesti�n de amiguismo, que es de lo que se acusaba en su momento a Radar.

DL: Es que es muy dif�cil hacer una encuesta y que funcione. Es ilusorio. Es como un boca de urna absurdo. Bueno, eso, suponete, en esa �poca ten�amos en Radar.libros el ?Boca de urna?, que era de los libros m�s vendidos, y despu�s dej� de salir porque el chico que lo hac�a dej� de trabajar para el diario y yo no me iba a poner a hacer esa porquer�a, y varias veces me lo pidieron del diario. Y yo ?bueno, si ustedes quieren que est�, pongan a alguien que lo haga, yo no voy a destinar un centavo de mi magro presupuesto para poner esa lista que qu� me importa y que est� en todos los suplementos?. Bueno, ahora est� de vuelta, por supuesto. Digo, son esas cosas tal vez m�s imperceptibles...

EI: Bueno, tambi�n est� en la t�nica de los libros elegidos para rese�ar. Y que aparece ya en Magaz�n, la elecci�n de los que no est�n necesariamente en ese ?m�s vendidos?.

DL: No, no eran los m�s vendidos. Pero tampoco se trata de hacerlo como fij�ndote los libros m�s vendidos y de ah� elegir otros. Qu� se yo, es como que no leo nunca la lista de libros m�s vendidos, no s� cu�les son. Un poco lo mismo de antes, trabajar en la ignorancia, hacer como que eso no existe, y plantearse otro eje de discusi�n. Yo no volver�a, de todos modos, ni ebrio ni dormido, a ninguno de estos tres proyectos. Estuvieron muy bien en su momento, pero ya est�. Ahora disfruto de escribir, y si me pagan por hacerlo, todo bien, y si no me pagan no me pagan. La verdad que es mucho trabajo, mucho trabajo. Un trabajo as� como proletario: cortar, pegar, buscar la fotito, atender el tel�fono, esto, lo otro. Muy oficinesco. Es la parte m�s fea que puedo recordar en todos los casos. Pero insisto: aprend� much�simo. Yo hoy veo una revista y la puedo analizar con gran flu�dez, en t�rminos de ese conocimiento, de saber que ac� tuvieron que optar por algo, por qu� raz�n. No s�, lo que dec�amos del ?nosotros?. Para alguien que est� afuera hay un ?nosotros?, y para alguien que trabaj�, bueno, sabe que en el mejor de los casos ?el nosotros? es un efecto del discurso, pero que por lo general no lo hay.

EI: Bueno, leer revistas haciendo revistas es otra forma, es una artiller�a de lectura que s�lo pod�s sacar de ah�.

DL: Yo recuerdo, sobre todo al principio, que me dec�an ?ay, qu� se yo, es una banda, Rodrigo Fres�n, Daniel Link?. �Loco, Rodrigo Fres�n cobra sueldo del diario, como yo! Somos dos empleados, y no me voy a pelear con un empleado del mismo diario. Adem�s, si alguien ley� dos p�rrafos de Rodrigo y dos p�rrafos m�os, saben que, por lo menos, no vamos a las mismas fiestas. Pero cuando ten�s un plantel de empleados, bueno, trabaj�s con lo que hay. Bueno, esto me pasaba las primeras veces que me hac�an preguntas, mucho con gente que ven�a del interior que me vino a hacer entrevistas sobre Magazin, gente de Rosario. Qu� s� yo, me llama la atenci�n. En todo caso, me alegra, pero como fue una revista que termin� muy r�pidamente, yo prefiero como ni pensar: la verdad que fue una noche de sexo no muy gratificante, y m�s vale no pensar en lo que pas�.

EI: Ah� me diste un buen t�tulo para la nota.

DL: No, no, yo te entiendo que es un buen t�tulo, pero despu�s la gente empieza ?ah, eso quiere decir que...?. Pero bueno, en todo caso me alegra que haya generado inter�s al menos retrospectivo, historiogr�fico. Con Babel pasa mucho eso. La gente alucina cosas, alucina una suerte de grupo ?que no digo que no existiera- pero no era tan homog�neo como se deja leer. Yo una vez le escrib� a Elsa Drucaroff, porque ella hab�a escrito una nota contra Babel, por supuesto, y tomaba, como ejemplo de lo que era Babel, una nota que hab�a escrito yo sobre La perla del emperador, de Dani Guebel. Y a m�, m�s all� de si me doli� o no ?hab�amos estudiado juntos, �ramos amigos de la infancia-, le digo que sobre todo me sorprend�a que hubiera entendido tan mal lo que hab�a escrito, porque significa que yo la hab�a escrito mal. Si alguien lee, el que lee tiene raz�n, y entonces me dej� preocupado porque ley� otra cosa que la que yo hubiera querido que se entienda. Pero en todo caso, eran momentos en los que hab�a que salir a explicar algo que a uno no le parec�a que hubiera que salir a explicar: que Babel no era exactamente un ej�rcito de vanguardia, sino que eran muchas voces tambi�n distintas y disonantes que en medio de la crisis total y absoluta no sab�an qu� iba a pasar.

EI: Escribe Elsa (Drucaroff), tambi�n, de hecho, en Babel.

DL: Claro, s�, s�.

EI: Y, de hecho, la dispersi�n posterior, tambi�n habla de eso.

DL: S�, no pod�s comparar a (Jorge) Dorio con Alan (Pauls), a (Mart�n) Caparr�s con Charlie Feiling. Era un grupo generacional. Lo �nico que hab�a como de �pico era que �ramos todas personas que hab�amos perdido el cuarto de hora en la dictadura, que nos agarr� en la peor edad, en la de mayor ebullici�n. Entonces llegamos al �83 y �ramos ya treinta�eros, ya como gente grande, y sobre todo ten�amos las ganas y la confianza...Esa �pica s� estaba, pero no era una �pica de cuadros que defendieran exactamente lo mismo, ni mucho menos.

EI: Igual, con lo del grupo Shangai, con eso, armaron una cantidad de cosas que posibilitaron esas lecturas.

DL: No, s�, s�, pero Shangai era un grup�sculo de Babel, era una parte de Babel.

EI No, claro, de hecho (Eduardo) Rinesi, (Horacio) Gonz�lez estaban tambi�n ah� escribiendo.

DL: Pero se crean como esos efectos retroactivos un poco raros.

EI: Tambi�n tienen su lado potente, no s�: a Elsa (Drucaroff) le sirve ese recorte para organizar sus ideas sobre la literatura, o tal vez a V de Vian, les sirve para salir diez a�os con su revista a partir de putear a la Babel que ellos ve�an, a la Academia que ellos percib�an.

DL: Sergio Olgu�n es para m� un chico que tiene la cabeza en otra parte, qu� s� yo. Esas personas que vienen de otro planeta. Nunca entend� qu� le pasaba. Viste cuando una persona te odia m�s de lo que puede ser. Loco, si quer�s odiarme, todo bien, yo odio personas, no soy hippie-pacifista, el odio entra dentro de mi horizonte. Pero tanto, y sin saber por qu�, no s�.

EI: No sab�a del odio.

DL: S�, s�, Sergio siempre tuvo una actidud as�, como s�per militante. Y siendo que nunca habl� mal de �l. Digo, est� bien, no s�, no lo le�, pero a tantos uno no ley�. Pero pasa mucho eso. El problema, siempre digo, con los proyectos estos, es el nivel de exposici�n, que es muy alto, m�s all� de lo que uno est� acostumbrado en una c�tedra, un pr�ctico o un te�rico como docente. Y hay distorsiones. Entonces la gente lee, y yo insisto, si la gente lee algo, es porque yo no lo control�, no soy ?inocente?, se me descontrol� el discurso, los efectos que pod�a tener tal o cual cosa, pero ya cuando llega al odio, me preocupa. No s�: llamame, mandame un mail, preguntame.

EI: No s�, el otro d�a lo entrevist�, y todo bien, no dijo nada malo...

DL: Bueno, pas� el tiempo, yo estoy medio guardado. Tiene que ver con eso: al estar en mi casa, b�sicamente, ya molesto menos.

EI: Es un tema el nivel de exposici�n, pero bueno, es armar un lugar de intervenci�n...

DL: S�, s�, s�: los correos que te llegan son incre�bles. Y ahora, bueno, en Perfil me va a volver a pasar. Pero tampoco es que me queje, ahora estoy m�s canchero y espero que se lea lo que yo quiero que se lea. Aunque bueno, ya empiezo a tener problemas por lo de Ciudad Abierta y la gente me putea...en fin.� Lo mejor ser�a no trabajar, por cierto. Pero hay que hacerlo, s�.

el interpretador acerca del autor

Daniel Link

Es catedr�tico y escritor. Dicta cursos de Literatura del Siglo XX en la Universidad de Buenos Aires (http://groups./group/siglo20/), donde desarrolla sus investigaciones. Es miembro de la Associa��o Brasileira de Literatura Comparada y la Latin American Studies Association. Ha editado la obra de Rodolfo Walsh (El violento oficio de escribir, Ese hombre y Otros papeles personales) y publicado, entre otros, los libros de ensayo El juego de los cautos (1992), La chancha con cadenas (1994), Escalera al cielo (1994), Carta al padre y otros escritos �ntimos (2002), C�mo se lee (2003, traducido al portugu�s), Clases. Literatura y disidencia (2005) y Leyenda. Literatura argentina: cuatro cortes (2006), las novelas Los a�os noventa (2001), La ansiedad (2004) y Montserrat (2006) y las recopilaciones po�ticas La clausura de febrero y otros poemas malos (2000) y Campo intelectual y otros poemas (2003). En 2004 obtuvo la beca Guggenheim.

Publicaciones en el interpretador:

N�mero 27: junio 2006 - Explicaci�n de Clarice (ensayos/art�culos)


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Consejo editorial: In�s de Mendon�a, Camila Flynn, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Leotta, Juan Pablo Liefeld
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Margen inferior: Antonio Berni, La Fogata de San Juan (detalle).