el interpretador poesía

 

Mucha poesía en la parrilla de un Scania

(tratado sobre l´amour)

Pedro Nicolás Ferdkin

 

 

 

 

Presentando
esos grandes ojos de salchichón
a la piba
qué linda
hace el Copista un comentario
y ella sonríe.

Mejor dicho, aplausos,
el Astro La Piba ha reído abiertamente al comentario
(da pena reconocerlo)
prefabricado
sobre las rondas y su postura,
la nuestra, por otro lado bien honesta,
de querer invitar
a cualquiera
a una ronda
que como una burbuja
de proporciones monstruosas
llegue a ser
una aberración declarada
contra la comodidad
y organización
dentro de un espacio de baile.

Eso.

Hacer de la pista una ronda
y al centro los bolsos y camperas,
bufandas y morrales que proponen
una dinámica fogonera y totémica,
sin duda tribal
mediante el círculo estático
de baile netamente personal,
sin organicidad, sin sociabilidad, sin sistema,
enchufados todos a la máquina de golpes
a compás brutales

directo hacia la médula.

Encuentra su mirada muy mínima;
y en respeto al Sol
baja el Copista sus ojos y
(Astro Piba irradia luz sonroja)
se inclina disimulando reverencia
en un quiebre de cintura,
un ademán de chasqueo con los dedos
y giro spin de cabellera
al ritmo acartonado
que impone su amanera de baile.

Nunca sabrá,
es pertinente aclararlo,
si habrá habido alguna mirada,
quién dice, llamada sugerente:
tan linda que se sonroja El Mundo cuando la mira
a los ojos, Bubú,
a los ojos.

+                                 ¡ayúrveda, Squirru! ¡Ayúrveda!
         

Luna en Sagitario,
era la fiesta del cumple
de la hermana de la Iru y ya Parravicini
había anunciado para mayo
el fin del mundo.
Lluvia de meteoritos, dijo
un chorizo cósmico cruzó la cabeza del Copista:
el fin de todo mundo es precisamente Bubú.
Y sacó pecho Piscis.

++                               para bailar esto es una bomba
         

-¿Así que en serio pensás que soy linda?
propuso así al pasar
piff como si nada
y cambia del perfil tres cuartos a mirarlo de frente.
Bubú hace temblar a medio país
con esa sonrisita
epicentro
en las ganas del Copista.

-¿Me estás cargando?
Hoy mismo pasé debajo de un tren y pedí tres veces darte un beso

arrojo al vacío, es
la Guerra de Conquista del Desierto.
Tiró el Copista mucha poesía
en la parrilla de un Scania
con su forma galante de preparar
el lanzamiento de boquita.
Los Jueces castigan
la falta de acompañamiento corporal
bajando varias décimas al puntaje ya mermado
por no haber precalentado
el ambiente conversacional
(sparring)
con sugerencias de buen gusto
y dictaminan un 5.7, 6.8, 6.9.
Queda la respuesta de Bubú,
Copista, y si no se vuelve al pago sin Medalla.
El juez húngaro se duerme.
Los demás se disuelven en el pensamiento
mientras nuestro héroe
retira sus labios de la oreja
de Bubú Olímpica de lo Linda que Es,
deja el lóbulo al que cañonaba la Conquista
se retira y sin espera arrima su oreja
dado el elevado volumen en la pista de baile.

-Que tierno…
¿ovación popular?

La tensión aumenta, carajo,
el Ejército Argentino comandado
por Julio Argentino Roca
al galope ve llegar el día de la batalla a orillas del lago Lácar.
Desenvainan y enfilan al choque,
mientras los indios sostienen
la línea en el bosque:
hay que sacarlos a patadas.

-¿Tierno?
Tendrías que verme acariciando a un cachorrito.
Eso es tierno.

El humo de los cañonazos desorienta al bravo gaucho
que ahora piensa
que no quiere Guerra,
que se está recagando de frío
y que no estaría mal volver al pago.
El Juez húngaro abre los ojos
y espera definición,
entre tanto,
anota un par de huevadas en un papelacho
y mastica tranquilo.

Pero hay silencio.
Como un Rocketeer
con una cañita en el orto
¡pfLap!
hacia el más allá
ahí
así
pasa la oportunidad.

(alarmante urgencia de reagrupar en el baño que asalta y salta en la cabeza del Copista, mandando bien a la mierda la bola cósmica con forma de embutido que se le hizo desbole mental por la sonrisa final del bombonazo)

-Mi primer amor fue Mario Barakkus
aletea aparte
en la cola del baño, al vuelo
un ángel con ojos de huevo frito
que no es parte de esta historia

Música funcional.

Volviendo al mundo exterior,
fuera del caparazón de paz mental
frente al inodoro:
libre de toda duda,
abre la puerta y la idea
resuena con la fuerza de las bases
en los ojos ahora bien abiertos.
Exhuda potencia caminando
y deja pasar las mareas
de muchas camperas de jean,
de jovenzuelos que sostienen tragos
y levantan puchos al aire
(no respetan ceniceros ni horóscopo)

+++                             que la fuerza un chorizo
         

A la falta de duda
sobreviene el mayor
golpe a la moral,
derrota, como
cuando ciertos hongos en los testículos
llegan a carcomer el autoestima:
Bubú está poniéndose la campera.

Ya no hay otra cosa en qué pensar:
Rocky enfrenta a Ivan Drago en Moscú.
Navidad.
Y recuerda: no duele. No duele. No duele. No duele.
El Copista,
Él, se arma.
Calza un sable
y se arrima al grupo
a punto de desmantelar la ronda.
Él no es humano. Es como un pedazo de…hierro.
-Ya parten, veo
No duele. No duele. Sigue golpeando, Rocky.
-Sí, Falluta se quiere ir y nos lleva en auto
Un asalto más y nada nos detendrá.
Toda tu fuerza, todo tu poder, todo tu amor.

–Bueno, nos vemos
NIET. Debes golpear y golpear hasta que no
–esperá, eh, te llamo por lo de ¡blof!-
Lo cortaste. Síguelo, síguelo.
-bueno, por lo de las clases de breakdancing
y por si hacemos algo en la semana. ¿Te parece?
Ataca. Ivan, pelea.
-Dale, hablemos.
Rocky Balboa ha hecho lo imposible.
Y esta gente lo adora.
Es un absoluto manicomio.
¡Rocky, Rocky!

Al paso de Bubú
que se aleja
y desaparece
el Copista se recuerda mentalmente
(nada extraño, la verdad, en él)
la musiquita del Imperio que siempre le ponen a Darth Vader
guacho de aquellos.
Derrumba.

Reconoce el Copista otra ronda
arrima
y se suma. Está la Descamisada
bailando y bailando.

Martilla la indiosincracia
del verano
regurgitado el recuerdo
en la playa.
La indiada en shorts y bikinis
come choclos y juega al backgammon
bajo los toldos del balneario tuyutino
(se es medio indio en verano, claro)

y la Descamisada lo coqueteaba, recuerda

Ve ella en la polvareda
llegar a las chapas
de lo lejos
al guacho que
revienta su montura
cuando espeso mumumurmura
entre el humo de los puchos
si sigue con su novio.

Ojo, ella no responde del todo:
no quiere cortar el baile
y se hace la boluda.

(el Copista se desboca y se le va la boca)

Al boleo bolea a
La Descamisada Comechingones,
y perdigones
los jugos le suben
antes de las formas.
Saltan los rechazos
a flor de piel
a la orden:

-¿Yo? Me voy a dormir…por mi parte, no. Me
levanté temprano y bosta bosta bosta ajá bosta
bosta y, sí bosta bosta bosta justamente no bosta
bosta claro, claro bosta bosta bosta bosta bosta
bosta y, no bosta bosta bosta mirá vos bosta
ahá bosta no, porque bosta bosta bosta bueno,
justamente era por eso que bosta bosta y bosta.

(con la frente bien en alto y la bosta así presente el Copista se escabulle a su parecer, huye y a nuestro entender desaparece)

++++                 Intermezzo
         

Asentamientos inmigratorios en la Patagonia
posteriores a la Guerra de Conquista.
Comunidades inglesas de gauchos
y el campo, carajo.

Se acerca a la barra
el gaucho a la pulpería;
derrotado,
malevo
y choto
intercepta a unos amigos
y recluta inversores para la cerveza.

Esta noche, de peña,
que más de uno se propase
y dé pena.

Un comentario a Nariz Perilla de Noblex
salió de la boca de
Reina la Tristeza:

-Tendrías que ser más descortés.
- Vos un poco más linda.

Y Bárbaro
probablemente por su borrachera madre
pueda encontrar el gesto
que le permita quedarse en offside
y tire entonces la boquita
con la sensualidad de un ladrillo.

Anuncia Eclipse Total del Corazón
que probó un fallo:

-Hola. ¿Cómo te llamás?
-Lorena.
-¿Irina?
-Lorena.
-Ya fue.

Coronel Bismuto anda noviando con Delicia Federal,
esa que siempre viene en moto a la pulpería
y compra espirales buddha
y caramelos para los hijos de su hermana.

Entre gauchos ingleses del Neuquén
el Copista recuerda
a algunas chicas
a las que
bien supo echar el ojo.

Oigan, si supo echar ojo es porque
algo indicó al olfato
que sería posible por lo menos
roer con gusto
y tacto
las vestiduras
morales
de estas damas elegantes del pueblo
-a las que llamaremos de ahora en adelante las papables.

Abandona su fantasía gaucha
y vuelve la frase mental
con más potencia que nunca.
Banda sonora de su pensamiento,
Star Wars se prodiga hasta la boca
en la musiquita de Darth Vader cuando
el Copista llega a
FAN FAN FAN FANFAFAN FAN FAFAN
TUN TUN TUN TUNTUTUN TUNTUTUM
tararear abiertamente
mientras practica su mejor cara de culo.

Tiempo al tiempo:
nuestro héroe cae en la inacción cul
y vuelve a las pistas de baile.

De entre las sombras
la Marita
se arrima
y conversan.

+++++                 con la papable Marita (el Copista relata desde el lugar de los hechos) 
         

Nos
posamos
frágiles pichuelos
mamita querida,
sobre la estufa de la casa, en el tiraje.
Revolotea palpitante la boludez
de enanos y hadas.
Levanto el jopo,
cimera arriba,
preparate
negra
digo
“subamos”
caballero como Victor Hugo Morales.

Que se quite el sombrero
quien venga a saludar
a tan magnánima presencia
y deslumbrante idolatría:
El Que la Está Haciendo Bien se llevó a Marita secuestrada
pirata de mierda
por el tubo del tiraje.
Stump hacia arriba llegamos al techo
y miramos ahora
cantidad inusual de estrellas fugaces
desde la terraza.

Hollinados.

Aunque en realidad
hayan subido por las escaleras
(medio borrachos dice la Iru)
y después de un saltito hacia la terraza.

El Que la Esté Haciendo Bien
que levante la mano.

Señalo vagamente al cielo,
y estoy a punto de averiguar el signo de Marita.
Aclaro que podría señalar
únicamente
la constelación de Sagitario.
(el arquero)

-Soy Sagitario de Noviembre
(vocecita: excelente ampliación de respuesta, Marita, se ve que sos una obsesiva de mierda y me encanta)

-Preparate:
Las Tres Marías
son el cinturón del arquero.
¿Ves?

Paso a explicar.
Cabeza
Piernas
mano estirada que sostiene el arco
mano recogida que ampara la flecha.

Me acerco
y de un ronroneo le chupo el cuello.
Pongo diez mangos para un taxi, me digo
y con todo mi amor firmo.

Se sobresalta la Marita
(otra vocecita pí pío: este bestia me coge de parada)

piensa el Copista
por haber visto
a Verbitsky en una nube

Suena Disney.

Termina la noche
en la casa
de la hermana
de la Iru.
Saludos.

++++++                      llega al Palacio de Hielo
         

De vuelta a casa caminando por la calle
una pingüinita con peluca morada
erotiza al Copista
desde un afiche de Halls Creamy.

En cassa no hay estufas.

Antes de dormir una semana
recuerda entre sábanas
su experiencia con una prostituta
haciendo uso de algunas expresiones
que utilizan la preposición
por:

por primera vez por fin por ahora por supuesto por las dudas por adelantado por favor por lo visto por las nubes por dentro por completo por todos lados por las nubes por cierto por lo menos por lo tanto por mi parte por primera vez por el amor de Dios (poluye o poluta)

+++++++                                Tic tac, pasó una semana. 
           

y seguimos en el Palacio de Hielo

-Si hoy ponés una planta cerca mío, se marchita (…) Mirá el revoloteo que se armó, Descamisada. La próxima vez que quiera decirle algo a una piba me lo callo.

++++++++                    Desde Base Marambio (“los-deseos-que-se-cuentan-no-se-cumpleen”; 
                                        el Copista estará cagando fuego en breve)
         

Abanderado me embandero
¡Uy me lleva un Chancho!
Como un batallón
en una
causa que no cree
tanto
tan justa.

Devuelvan nuestro tiempo
perdido en boludeces
que quiero hacer un origami
para cagarlo y pisarlo,
sacudir la mierda
un poco
qué mierda
y volver a la cama.

Te llamé igual
(puta aquea
de aquellas)
“por las clases de breakdance”
y me saliste con un novio
saliste con un novio a mí
para mí
me pegaste un novio,
zorra, al vidrio de atrás del auto
que no sé que nombre tiene.
Puta de mierda
seguro que sabés de autos.
¿Decís parabrisa de atrás?
¿Quién mierda te creés que sos?

Sueno despechado.

¡Abran las ventanas!
Ronald Reagan,
seguro,
estuvo entre tus piernas.
sorete.

Querido coño de Bubú
Me envenenas, nena,
venerable
etérea
venérea
mugrienta como
Carola Cassini.

Sueno empachado
Pero no

De bronca me cago encima
del origami,
corto
y me voy a la cama.

Entendés,
Entonces.

Ya ni bronca me queda
ni fuerza me apalea
a esperanzarme con tu cariño.

Oh, heraldos de la boludez, qué boludez.
Mira este mar de panchos
que se enamoran semanalmente.
Vos reíte, boluda.

Y como buen Perro de Agua
perrito mojado
a la cama
pim p-pum pan
duerme que te duerme
que mañana es viernes.

Sueño bastante mamado.


Dedicado a Pepé le Pew,
arquetipo de masculinidad.

 

Pedro Nicolás Ferdkin

 

 
 
 
Dirección y diseño: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: Inés de Mendonça, Camila Flynn, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Marcos Leotta, Juan Pablo Liefeld
sección artes visuales: Juliana Fraile, Florencia Pastorella
Control de calidad: Sebastián Hernaiz
 
 
 
 

Imágenes de ilustración:

Margen inferior: Francisco de Goya, El sueño de la razón produce monstruos (detalle).