el interpretador poesía

 

Leche

Mariano Blatt

 

 

 

 

–¡cuidado con los patos, agustín!

la leche de pato
no se bebe.
agustín bien sabido lo tiene
pero desoye las advertencias de martín
que rezaban:
–cuidado con los patos, agustín bien lo sabes
que la leche de pato no se bebe–.
pero entonces agustín
tan solo cierra los ojos
y bebe la leche de pato.


¡ay, pobre agustín!
de haber sabido qué le esperaba
jamás hubiera desoído las advertencias de martín
que rezaban:
–¡cuidado con los patos, agustín!–
y así fue nomás: agustín se quebró en llanto
ni bien digerida la leche de pato.
respiración entrecortada, visión nublada,
inestabilidad en piernas,
dolor de pecho que se repite
choca y rebota
entre pecho y espalda
como cuando un eco
del disparo de un revólver disparado en un valle
va y viene entre la montaña del norte y ¡pum!


ahora la del sur y ¡pum! de nuevo
la del norte y ¡pum! aunque el ¡pum! sea
a cada rebote más débil
hasta volverse imperceptible
como una caricia que
al principio placer provoca
luego un simple cosquilleo
y en nada termina. así describiría agustín
los síntomas del veneno
(la leche de pato)
así los describiría postrado
en su cama de hospital tan venido a menos.


–para qué, agustín te habré dicho una y otra vez
“¡cuidado con los patos, agustín!”
si al fin y al cabo
desoíste mis advertencias que rezaban
cuidado con ellos, agustín y aquí te ves
aquí te veo postrado en tu cama de hospital
tan irreconocible dime, agustín
de tus ojos, ¿dónde ha quedado el color?
¿acaso todo se han llevado los patos y su leche?
¿de tus labios la carne dónde
las venas de tus brazos
o lo blanco e imperfecto de tus dientes? no,
agustín, no
así no te reconozco–. decía martín desconsolado,
eso es sin consuelo.


y no, no era para menos
agustín estaba a causa del veneno
literalmente destruido.


–doctor –rogaba martín– ¿existen posibilidades
de recuperación para agustín?–
el doctor daba vueltas:
explicaciones científicas, casos previos
atraso en la investigación pertinente
(cuestiones políticas del ministerio
lo de siempre)
poca probabilidad de recuperación, al menos
con medicina tradicional, pero él sabe
de alternativas los riesgos son altos cierto
pero qué hay por perder claro
claro que podía contactarlo
una clínica en las afueras y también
estaba el costo pero no eso no es un problema para martín
que decía: –doctor


usted me haría muy feliz
si me devuelve a agustín–,
y el doctor que accede mañana a primera hora
cierto bar allí más información lo que sí
reserva absoluta por el puesto que hay que preservar
por la familia que hay que alimentar.
–bien, doctor, mañana estaré allí– y allí estuvo.


dos cafés, linda mañana, gracias doctor
y el doctor explica
el tratamiento en un granero:
inyecciones de aceite de caballo provoca dolor,
es cierto, pero a todo se acostumbra uno
¿cuáles los efectos secundarios? bueno dolor
en manos y espalda tres meses el tratamiento
a puro aceite de caballo en inyecciones diarias
por la mañana,
por la tarde y la noche ¿y funciona?
en el setenta por ciento de los casos ¿y qué más,
doctor? bueno que el aceite de caballo acá
no se produce de oriente se lo trae
en embarcaciones clandestinas con inmigrantes
ilegales y otras sustancias ¿y eso qué significa?
significa un precio altísimo.
–yo, en ese caso doctor, vendo mis propiedades:
aquí una quinta allí


un campo o casa de veraneo.
no es eso un problema– aclara martín.
pues bien el doctor le pasa una tarjeta
se bebe el café y se levanta.
¿y martín? martín no teme
tiene suficiente valor para salvar y salvarse
a agustín y martín
cueste lo que cueste.


del hospital hubo que sacarlo de noche
y evitar la guardia estricta.
por la mañana al campo en tren
y de allí tres horas a lomo de burro.

¿que si sufrió agustín?
tanto, tantísimo, realmente mucho.
¡ay, pobre agustín! pensar que de solo
haber seguido las advertencias de martín
que rezaban: –¡cuidado con los patos, agustín!–
pensar que entonces de esto nada
hubiese sido necesario pero ¿qué
sentido tienen ahora estos reproches? ¿es que tienen, acaso,
sentido alguno? como sea,
tres horas a lomo de burro
desde la estación hasta el granero es tanto tiempo
y hay que llenarlo con charla o reproche
por menos sentido que el reproche tenga ahora.


en la puerta del granero una mujer
los recibe y da las indicaciones:
martín no puede acompañar a agustín
debe el enfermo en soledad soportar el tratamiento.
despedirse pueden ahora, en tres meses
se volverán a ver cuando ya agustín,
si todo sale bien,
estará recuperado por completo, ahora
los deja a solas para la despedida.


tres meses después martín
otra vez en tren, lomo de burro tres horas.
allí está el granero
golpea a la puerta y abre una mujer
–vengo a buscar a agustín– dice martín.
pero la mujer parece no entender
hace señas como espantando una mosca
o como queriendo decir que no habla español.
prueba entonces martín en inglés
pero tampoco francés, italiano ni alemán
¿entonces qué idioma habla esa mujer?
¿y entonces dónde está agustín?
la mujer alta y corpulenta
parada en la puerta piensa martín
empujarla entrar al granero por la fuerza.
–aceite de caballo, tratamiento, leche de pato–

habla martín como telegrama
porque así se habla
cuando a uno no lo entienden o cuando a uno
le robaron a agustín.
la mujer solo repite el mismo gesto
una y otra vez espanta a la mosca o no
no entiendo de qué me habla
váyase antes
de que saque la escopeta.
martín quiere golpearla, vomitar o gritar no sabe
bien qué quiere pero tres meses
de espera para que al final el granero
se haya tragado a agustín.
imagínense su desesperación con su angustia
solidarícense.
¿y qué hace la mujer? cierra la puerta
se oye cómo
del otro lado pasa las trabas
¿y qué hace martín? cae arrodillado
vencido ya no siente estar
en ningún lado.
¿o es que siente como si se le cayera
todo el peso del cielo encima?
una presión de aire caliente, náuseas, luz negra
vacío que chupa y corta
la circulación el pecho oprime
como si tuviera un piano encima
y alguien estuviese tocando


una melodía
las piernas no las siente
se congelaron aunque las rodillas
duelen como si estuviese arrodillado
sobre vidrios o caracoles sucios
manchados en sangre pero lo peor
es la cabeza y ese zumbido
que no se sabe dónde está
da lo mismo porque es como si
se hubiese tomado una pastillita
un comprimido cuyo efecto fuese
desatar todo el sufrimiento del mundo
tragándosela con un vaso de agua
que no se le niega a nadie.


así queda martín arrodillado
frente a la puerta cerrada del granero
que se desapareció a agustín.
así queda arrodillado
vencido en silencio
tanto silencio.


Mariano Blatt

 

 
 
 
 
Dirección y diseño: Juan Diego Incardona
Consejo editorial: Inés de Mendonça, Marina Kogan, Juan Pablo Lafosse, Juan Pablo Liefeld.
sección artes visuales: Juliana Fraile, Mariana Rodríguez
Control de calidad: Sebastián Hernaiz
 
 
 
 

Imágenes de ilustración:

Margen inferior: Jacek Malczewski, Topielec w usciskach dziwozony (detalle).